Editorial

Agilidad para competir

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Los plazos de tramitación de una concesión marítima disminuyeron desde 44 a 22 meses para los proyectos asociados a inversiones de hidrógeno verde, destacaba ayer el Presidente Gabriel Boric, en un foro en el que convergieron gremios, grandes empresas desarrolladoras, ministros y representantes de servicios públicos, para debatir sobre los avances y el futuro de esta industria en Chile. Sin embargo, el propio mandatario también admitió que 22 meses sigue siendo un plazo excesivo y que es necesario revisar en qué organismos debiera delegarse este tipo de facultades.

Urge un liderazgo ágil en lo nomativo y legislativo, que permita aprovechar los recursos naturales del país y el empuje e innovación del sector privado.

El hidrógeno verde es uno de los integrantes de la “armada” chilena en materia de sostenibilidad y transición energética, con la que el país pretende no solo alcanzar su propia carbono neutralidad, sino que aprovechar sus recursos naturales para generar ingresos que le permitan alcanzar el ansiado desarrollo económico. Pero, tal como lo han dicho numerosos representantes gremiales, estas metas solo se lograrán con inversiones y proyectos en operación, más que con declaraciones o discursos.

El presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio, Ricardo Mewes, advirtió hace unos días cómo funcionarios de rango medio, especialmente en regiones, han llegado a obstaculizar el avance de grandes proyectos debido a sesgos anti empresariales, obligando a sus titulares a interponer sucesivos recursos que alargan los ya extensos plazos de tramitación. Así, lo que se requiere es que el Estado se actualice y modernice desde lo normativo a lo legislativo bajo el concepto de un liderazgo ágil, que permita aprovechar los recursos naturales del país, el empuje e innovación del sector privado y el momento del mercado.

En el mundo privado hay frustración respecto de un modelo de aprovechamiento de las ventajas competitivas de las que goza Chile basado en subsidios o mecanismos donde el Estado es excesivamente protagonista de la administración de esos recursos.

El vicepresidente Colbún y de empresas CMPC, Bernardo Larraín, quien participó en el mismo foro que el mandatario, graficaba esta urgencia señalando que la política pública debiera centrarse en que hacia 2028 haya cuatro o cinco proyectos de HV listos para su decisión final de inversión.

Chile difícilmente puede competir con la Inflation Reduction Action de Estados Unidos o con los subsidios europeos. En cambio, la disponibilidad del país en radiación solar, vientos, litio, cobre y otros elementos esenciales para la transición energética constituyen un subsidio natural per se, donde el gran diferenciador respecto de otras economías debiera ser un sistema de permisos ágiles y en plazos razonables. Si las más altas autoridades lo tienen claro, esto debiera trasladarse a normas definitorias que impidan a un funcionarios de mando medio trabar el desarrollo y el futuro de un país entero.

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