El peso ha dejado su estacionamiento prolongado en torno a $470, para encaminarse hacia niveles inferiores. En esta nota no quiero detenerme en las razones fundamentales de la apreciación del peso, sino en la implementación y ejecución de una eventual intervención cambiaria.
De darse una compra de reservas internacionales por parte del Banco Central, ésta estará apoyada por un real desalineamiento cambiario, primer ingrediente para que sea exitosa. Sin embargo, mi visión es que las condiciones financieras internacionales no están dadas para realizar una intervención cambiaria a la “Stanley Fischer”, es decir, anunciar el monto a comprar y realizar las compras de manera calendarizada, por un monto definido hasta un plazo establecido. La ventaja de la transparencia de dicho mecanismo puede ser justamente el primer eslabón para el fracaso en el logro del cierre del desalineamiento.
El flujo de capitales que más debería preocuparnos es el arbitraje de tasas de interés a través de instrumentos derivados (carry trade). Es ese el flujo de capitales que migra de manera rápida, con montos importantes y genera impactos sobre la paridad que pueden ser poco deseables. Hemos tenido oleadas de carry trade en la historia financiera reciente de Chile que han sido de magnitudes importantes y conducidas por un atractivo diferencial de tasas de interés. Sin embargo, dicho diferencial no es el único ingrediente para realizar esas operaciones sino que también, y diría de manera aun más importante, el nivel de volatilidad de la paridad.
Consecuentemente, en el ambiente financiero actual, con alto apetito por riesgo y tasa de economías emergentes de buena clasificación, inyectar volatilidad a la paridad podría entregar muy buenos frutos. Una intervención cambiaria implementada como las anteriores sólo llevaría a una relevante oleada de carry trade a favor del peso que revertiría de manera muy rápida el impacto cambiario inicial observado al momento del anuncio, incluso si el monto de acumulación de reservas es muy superior a los US$ 12.000 millones de la última intervención. Las condiciones actuales hacen prever que tendríamos una reversión aun más rápida que las intervenciones pasadas. ¿Cómo mitigar el flujo de capitales especulativo que toma ventaja del diferencial de tasas y de la consecuente apreciación cambiaria posterior al anuncio? Inyectando incertidumbre respecto a la ejecución de la intervención y elevando así el costo financiero de tomar posiciones especulativas por parte de no residentes. Dejar el monto de la intervención abierta, comprando de manera aleatoria en hora, fecha y monto es una alternativa dentro de varias que podrían ser parte de una estrategia que intente elevar la volatilidad esperada del tipo de cambio.
Ciertamente aquello es un retroceso en un paradigma de transparencia que justificadamente ha perseguido el Central, pero tenemos que ser sinceros y reconocer que son varios los paradigmas que han sido vulnerados post-Lehman, particularmente por parte de las autoridades monetarias internacionales. Innovar no debería ser un pecado capital cuando existe convencimiento técnico que es el camino correcto.