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Un nuevo desafío laboral: ¿qué hacemos con los mayores de 50?

Ingrid Jones Economista Libertad y Desarrollo

Por: Ingrid Jones | Publicado: Jueves 28 de noviembre de 2024 a las 04:00 hrs.
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Ingrid Jones

Las últimas cifras de empleo publicadas por el INE dan cuenta de la deteriorada coyuntura del mercado laboral. La tasa de desempleo continúa escasamente por debajo del 9%. La evolución de este indicador desde inicios de 2022 es persistentemente al alza, como reflejo de una economía que crece lento (aunque algunos insistan en una mirada optimista). Se crea poco empleo, con un peso no menor del sector público y los informales. Una mala combinación.

Sin embargo, una mirada a los grupos por edad entrega un panorama aún más preocupante. Ya es tristemente sabido que los jóvenes alcanzan tasas de desocupación muy por sobre la del total y por sobre su promedio histórico, sin contar con su bajísima tasa de participación (los que buscan activamente). Pero las cifras esconden otros problemas. Los niveles de desocupación de los mayores de 45 años se ubican muy por sobre su promedio histórico previo a la pandemia. Así, entre quienes tienen entre 45 y 54 años la tasa es de 7,7%, mientras que para los mayores de 55 años es de 5,9%. Estos registros se encuentran entre 2,5 y 3,4 puntos porcentuales por sobre sus valores promedio (unas 147.000 personas adicionales). 

“En 2023, el programa Formación de Puestos de Trabajo para Adultos Mayores del Sence benefició solo a 895 personas, lo que equivale a menos del 1% de los desocupados de esa edad”.

Más aun, el tiempo que llevan los desocupados buscando un empleo es mayor en la medida que tienen más edad. Quienes acumulan más tiempo son los mayores de 55 años, con casi 10 meses, el doble de quienes tienen entre 15 y 34 años; mientras que los que se encuentran en las edades medias, entre 35 y 54 años, suman 6,6 meses. Los datos también muestran que el 70% de los desocupados mayores de 55 años tiene como nivel educacional más alto la enseñanza media, mientras que en los menores de 55 este mismo porcentaje corresponde a quienes alcanzaron un título universitario. 

Reinsertar en el mercado del trabajo a personas que han recorrido gran parte de su vida laboral, pero que aún tienen años por delante, será uno de los grandes desafíos para las políticas laborales futuras. En este contexto, instituciones como el Sence tienen grandes desafíos. Sin perder de vista que debe apuntar a mejorar la empleabilidad de todos sus capacitados, debe fortalecer especialmente a trabajadores mayores. Por ejemplo, en 2023 el programa Formación de Puestos de Trabajo para Adultos Mayores benefició solo a 895 personas, lo equivale a menos del 1% de los desocupados de esa edad.

El Estado deberá generar los incentivos necesarios para que los empleadores puedan retener y/o contratar a trabajadores mayores. Clave es, entonces, lo que se haga en temas de capacitación continua, que permita una mejor adaptabilidad a lo largo de la carrera laboral y a los requerimientos de un mundo moderno. El uso y desarrollo de tecnologías en trabajadores mayores no son una amenaza, sino que mejoran el desempeño y aumentan la productividad, constituyéndose equipos de trabajo multigeneracionales, con el beneficioso traspaso de conocimiento hacia trabajadores más jóvenes. Todo esto sin considerar aún que una vida laboral activa que logre tocar la edad de jubilación es crucial para apuntalar otro desafío, el de un ahorro suficiente para financiar esa etapa.

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