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Columnistas

Trump y su política comercial: abrocharse los cinturones, porque esto recién comienza

MATÍAS PINTO Exjefe del departamento económico de la Embajada de Chile en EEUU y consultor en GreenGig.io

Por: Equipo DF

Publicado: Viernes 21 de marzo de 2025 a las 04:02 hrs.

La política comercial de Donald Trump ha sido uno de los temas más debatidos a nivel global desde su ascenso a la presidencia, y su impacto en el comercio internacional y en las relaciones internacionales será, sin lugar a duda, aún más significativo en su segundo mandato.

Muchos la han calificado de errática, caóticas e incluso intempestiva, como lo expresó el presidente Boric. Sin embargo, esto que su política sea considerada errática no significa que no exista una estrategia clara detrás de ella. Este es uno de los mayores malentendidos y riesgos que surgen al analizarla.

“La California Association of Winegrape Growers ya solicitó aranceles para vinos chilenos a granel. Y no hay que olvidar que Chile sigue en la priority watch list por incumplimientos en materia de propiedad intelectual”.

Los objetivos claves de su política comercial son claros y sencillos. Primero, reindustrializar EEUU y fomentar el empleo en el sector de manufactura. Trump ha señalado que busca el reshoring de la industria “global” norteamericana y con ello crear empleos en sectores clave y reducir la dependencia de las importaciones. Segundo, corregir los desequilibrios comerciales. Trump ha utilizado los aranceles como herramienta para equilibrar los déficits comerciales bilaterales, subrayando cómo otros países han tratado de manera injusta a Estados Unidos durante años. Tercero, busca la protección de la seguridad nacional. La creciente dependencia de importaciones estratégicas, como semiconductores y minerales críticos, ha sido una preocupación constante para su administración. Por último, Trump va a utilizar los aranceles o la amenaza de aranceles como herramienta de negociación. Los aranceles han sido empleados como una táctica en acuerdos clave, como el de la fase 1 con China, las discusiones con Japón y la renegociación del Nafta.

A estos cuatro objetivos debemos agregar dos nuevos elementos. El primero es utilizar la política comercial para abordar cuestiones geopolíticas y no económicas. Ejemplo de ello, es la utilización de aranceles para presionar a Colombia sobre inmigración o las disputas con China, Canadá y México relacionadas con la seguridad fronteriza y el tráfico de fentanilo. Y el segundo es que los aranceles generen ingresos fiscales adicionales, buscando financiar sus recortes fiscales y fortalecer la economía interna.

Así, los aranceles o la amenaza de aranceles son un medio para cumplir estos objetivos.

Todos ellos fueron claramente expresados durante su campaña electoral, recogidos en su programa de gobierno y se reflejan en documentos oficiales, como la agenda comercial de 2025. Así que nadie podría alegar sorpresa. Mucho menos la diplomacia económica. Es más, los mercados financieros cometieron el error de no tomarse en serio la política de Trump, y ahora estamos viendo las consecuencias. Nosotros no podemos darnos el lujo de cometer el mismo error.

¿Qué viene a continuación? En su primer día en el cargo, Trump firmó una memorándum sobre “Política Comercial Estados Unidos Primero”, en el que instruyó a las agencias federales a investigar prácticas comerciales desleales y a preparar informes sobre cómo abordarlas, incluyendo la posibilidad de aplicar más aranceles.

Estos informes se esperan para abril, y con ellos se anticipa una nueva oleada de imposiciones arancelarias. En este marco, la California Association of Winegrape Growers ya solicitó la imposición de aranceles a la importación de vinos chilenos a granel. Además, no hay que olvidar que Chile sigue en la priority watch list” por incumplimiento del acuerdo de libre comercio en materia de propiedad intelectual.

La política comercial de la administración Trump será volátil, caracterizada por negociaciones agresivas y amenazas arancelarias. En este escenario, la incertidumbre no es una anomalía, sino parte de la estrategia. Nadie puede prever el siguiente movimiento, así que ¡abróchense los cinturones, porque esto recién comienza!

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