Transpiración versus inspiración, las dos caras del crecimiento
RODRIGO MONTERO Decano Facultad de Administración y Negocios, Universidad Autónoma de Chile
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RODRIGO MONTERO
En simple, el crecimiento económico puede darse como consecuencia de dos fenómenos: la transpiración y la inspiración. Así, cuando los países crecen en base a “transpiración”, lo que hacen es básicamente acumular factores productivos (trabajo y capital). Este es un proceso desgastante, que exige mucho esfuerzo y retornos no muy elevados. Por otro lado, los países pueden sostener su crecimiento en base a “inspiración”, esto es, a través de incrementos sistemáticos de su productividad. Este fenómeno -la inspiración- es la clave de los procesos virtuosos de crecimiento de largo plazo, y es lo que ha estado detrás de que algunos países hoy sean desarrollados. Larraín et al. (2004) muestran que en los períodos en que Chile ha exhibido tasas de crecimiento más elevadas, ha sido gracias a momentos de “inspiración”, es decir, basados en el crecimiento de la productividad (1990-1997). De la misma forma, se muestra que cuando el crecimiento se ha desacelerado (1998-2003), es porque estamos “transpirando”.
“En los períodos en que Chile ha exhibido tasas de expansión más elevadas ha sido gracias a momentos de ‘inspiración’, es decir, basados en el crecimiento de la productividad”.
A propósito de esto, la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad acaba de publicar su informe anual 2024. Este revela un estancamiento de la productividad en nuestro país. Así las cosas, mientras no seamos capaces de fomentar la productividad en Chile, es decir, iniciar un proceso de inspiración –y que ya lo hemos hecho en el pasado– será improbable que logremos apuntalar nuestra tasa de crecimiento, que se proyecta en torno a 2% hasta por lo menos 2030.
Hay temas que deben abordarse con urgencia si queremos cambiar el rumbo de nuestra economía, pensando en los próximos cinco, 10 o 15 años. En primer lugar, un fortalecimiento decidido de la inversión en capital humano, sobre todo, la educación preescolar y básica. Hay cifras preocupantes. Un reciente informe de la OCDE reveló que un 44% de los adultos chilenos tiene competencias insuficientes tanto en comprensión de textos como en matemáticas y en resolución dinámica de problemas, el peor resultado de los 31 países evaluados por la OCDE.
En segundo lugar, debemos acometer una profunda modernización del sector público, necesitamos un Estado que sea capaz de gatillar y sostener periodos virtuosos de inspiración. Hay señales preocupantes que emanan desde el Estado y que dan cuenta de serios problemas de eficiencia en el uso de los recursos: exceso de burocracia, de licencias médicas, y un preocupante crecimiento del empleo público. Un reciente estudio de Pivotes muestra que el gasto en personal del Gobierno General pasó de un 4,6% del PIB en 2006, a un 7,1% del PIB en 2023.
Y en tercer lugar, necesitamos establecer los incentivos adecuados para apuntalar el ahorro y la inversión; la evidencia empírica muestra que estas variables son drivers significativos del crecimiento económico de largo plazo de los países. Una buena reforma tributaria debiera apuntar principalmente a fortalecer estas dos variables.