Soluciones no convencionales para abordar los desafíos hídricos
TATIANA CELUME Vicepresidenta de Econssa Chile
- T+
- T-
TATIANA CELUME
A la fecha, al menos toda la Región de Coquimbo, parte de la Metropolitana y algunas comunas del sur de Chile se encuentran bajo decreto de escasez hídrica. Esto significa que una porción significativa de nuestro territorio está experimentando una sequía severa.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio enumeran la escasez hídrica entre los desafíos globales, incentivando la búsqueda de nuevos recursos para satisfacer la demanda de agua. La OCDE ha reiterado en sus últimas recomendaciones que las medidas de emergencia no son suficientes para asegurar la gestión sostenible del agua y que se hace necesario explorar y expandir fuentes alternativas de suministro, como la desalinización y la reutilización de aguas residuales, que hoy más que nunca se perfilan como soluciones clave para enfrentar el estrés hídrico en Chile.
“El océano es una fuente inagotable de agua, cuyo aprovechamiento no compromete su disponibilidad ni causa daños a terceros. Priorizar su uso para consumo humano es viable y estratégico”.
El océano es una fuente inagotable de agua, cuyo aprovechamiento no compromete su disponibilidad ni causa daños a terceros. Por lo tanto, priorizar su uso para consumo humano no solo es viable, sino también estratégico. De este modo, liberaríamos aguas continentales para otros usos esenciales, como la preservación de ecosistemas y sistemas productivos que dependen de agua dulce. Si bien las disposiciones del Código de Aguas se aplican solo a las aguas territoriales, es fundamental que, si se concede la extracción de agua de mar, ésta se priorice en el consumo humano y en el saneamiento, dándose aplicación práctica al Derecho Humano al Agua reconocido legalmente y sentenciado por la Excma. Corte Suprema.
Las aguas residuales, por su parte, constituyen otro componente clave dentro de la gestión sostenible del ciclo hídrico. A nivel global, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), promueven la reutilización de aguas servidas, sobre todo en ciudades que dependen de fuentes seguras más distantes respecto de los grandes centros urbanos. Ante las restricciones ambientales para construir nueva infraestructura y el agravamiento de las sequías, es urgente considerar el reúso de aguas residuales, especialmente para actividades como riego agrícola y minería, liberando así agua fresca para el consumo humano y el saneamiento.
Para hacer realidad esta transformación, debemos avanzar en un modelo de economía circular, donde las aguas residuales sean vistas no como un pasivo, sino como un recurso valioso. Según Donoso et al. (2020), las aguas residuales deben ser entendidas como una oportunidad y no como una carga. Una oportunidad que Chile debe aprovechar para avanzar hacia la generación de una política pública que impulse tanto la desalación como el reúso de aguas residuales.
La escasez hídrica es un desafío urgente que no puede seguir siendo abordado solo con soluciones temporales o superficiales. La adopción de tecnologías no solo es viable, sino que esencial para asegurar el bienestar de las generaciones presentes y futuras.