¡Sí hay espacio para acuerdos tributarios!
Joseph Ramos: Cualquier reforma importante del sistema tributario va a generar polémica...
Joseph Ramos
Cualquier reforma importante del sistema tributario va a generar polémica. Sin embargo, la actual discusión se ha encrispado mucho más de lo esperable, polarizando en lugar de acercando posiciones. No obstante, si se mira el bosque y no sólo los árboles, se encuentra bastante espacio para acuerdos fructíferos.
En efecto, todos concuerdan que para asemejar oportunidades y reducir desigualdades es clave mejorar la calidad de la educación. Y 1,5% del PIB es lo mínimo requerido, según los expertos, para ello. También hay consenso que, dado la muy desigual distribución del ingreso en Chile, la reforma tributaria debería recaer principalmente sobre el 10%-20% de las personas más adineradas.
Las mayores críticas se refieren a los medios que propone el gobierno para recaudar su meta de 3% del PIB: que no tenga un efecto importante sobre la inversión, ni que recaiga en forma significativa sobre la clase media o las PYME. Para el gobierno debería ser suficiente cualquier paquete de medidas relativamente sencillo y consistente que recaude 3% del PIB y que recaiga al menos en un 80% sobre las clases más pudientes. Lo demás es secundario, incluyendo la eliminación del FUT, pues este es apenas uno de los medios para lograrlo.
Por cierto, entiendo las críticas que se hacen al FUT. Trata preferencialmente los ingresos del capital respecto a los provenientes del trabajo. Les brinda un crédito a las empresas y sociedades sin cobrarles interés alguno. Incentiva de igual manera la reinversión de utilidades en el exterior (lo indeseable) como en el país (lo deseable). Permite retiros de utilidades de sociedades sin pagar impuesto por medio de la simple venta de sus acciones (pues estas no pagan ganancias de capital). Permite retirar utilidades por medio del cónyuge o hijos, independiente de su aporte efectivo de capital a la sociedad, con lo que se paga ninguna o mínima tributación.
Con todo, más allá de estas elusiones, el FUT puede incentivar el ahorro e inversión en Chile. Por eso muchos, incluyendo varios ex ministros de Hacienda de la Concertación, piensan que mejor que eliminarlo, donde se bota lo bueno y lo malo, vale la pena mantener lo bueno del FUT, cerrando los boquetes que contiene. El gobierno, en cambio, piensa que son tantos sus problemas que es mejor eliminar el FUT más que repararlo. Mas este me parece un juicio prudencial respecto a la administración tributaria, por tanto opinable, y no cosa de principio. Por tanto, hay mucho espacio para acuerdos tipo win-win.
Asimismo, es universal la convicción -tanto el gobierno como la oposición, tanto el pueblo como los expertos- de que para reducir las desigualdades debemos mejorar y asemejar la calidad de la educación de los chilenos. Mas, no cualquier gasto en educación hace eso. Por ejemplo, por meritorio que sean la gratuidad de la educación universitaria y el fin del co-pago, estos no mejoran la calidad significativamente. De ahí que parecería consensual condicionar el apoyo a la reforma tributaria a que se reserve la parte mayor de este incremento en recaudación para invertir en mejorar el aprendizaje de nuestros hijos.
Algunos dicen que “no hay agua en la piscina para acuerdos”. Disiento. Por lo anterior, vemos que el gobierno puede sacar el 80% de lo que quiere, a cambio de que la oposición elimine el 20% que considera más dañino. Y los frutos de acuerdos van mucho más allá de cualquier reforma en particular. En efecto, una propuesta negociada con una amplia mayoría tiene mucha mayor legitimidad que una reforma impuesta por la mayoría más uno. Más aún, al mostrar que hay espacio en Chile para la minoría, un acuerdo negociado reducirá incertidumbre y generará confianza, factores decisivos para revertir la desaceleración económica en marcha.
¿Cómo algo tan positivo no va a merecer un esfuerzo mayor? ¿Quiénes serán los gestores de tales acuerdos hoy, los Boeninger (gobierno), Piñera (oposición), Bustos (CUT) y Feliú (CPC), cuyos grandes acuerdos a principios de los 90s permitieron el ciclo más expansivo y participado de la historia moderna de Chile?