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Se asoma la amenaza de la pobreza

Alfredo Maira Gajardo Investigador de Horizontal

Por: Alfredo Maira Gajardo | Publicado: Miércoles 27 de mayo de 2020 a las 04:00 hrs.
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Alfredo Maira Gajardo

Si algo ha marcado a Chile desde el retorno a la democracia, y a través de las distintas administraciones, ha sido la sistemática reducción de la tasa de pobreza. Año a año, la cantidad de personas que viven bajo los estándares mínimos de vida es cada vez menor: pasamos de un lamentable índice del 29,1% en 2006, a un esperanzador 8,6% en 2017. Ciertamente, un progreso notable. Hasta ahora, el único evento que ha significado un leve retroceso en este aspecto, y el cual fue rápidamente superado, ha sido la crisis subprime de 2008.

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Hoy, nuevamente, nos encontramos ante un escenario similar. Sin embargo, esta vez el pronóstico parece más desalentador. En particular, junto con una contracción esperada de entre un-2,7% y un -3,2%, se espera de igual manera que el aumento de la pobreza bordee el 3% ante un escenario de recesión moderado, lo que afectaría a más de medio millón de personas.

Lo anterior, más allá de ser un retroceso en el avance de los últimos cinco años, significa que la amenaza de la pobreza se cierne una vez más sobre Chile y, junto con ella, la desigualdad; dos caras de una misma moneda. Y es que atrás han quedado los días en que el crecimiento era un hecho dado. Es por ello que surge la necesidad de instaurar, nuevamente y con fuerza, un debate público sobre cómo volver a crecer. No olvidemos que, como la evidencia lo ha demostrado, el crecimiento ha sido el principal motor que ha permitido reducir tanto la pobreza como la desigualdad en Chile.

Así, esta discusión debiese ir más allá de una agenda de corto plazo de estímulo fiscal y política monetaria relajada. En efecto, a estas alturas, si bien el impacto del paquete de medidas anunciadas por el Gobierno aún está por verse, el espacio de maniobra del Fisco ha quedado notablemente reducido. Por ello, esta debiese enfocarse más bien en aspectos clave de la economía real, como la competitividad internacional de las industrias y el grado de preparación de estas para la cuarta revolución industrial.

Si bien estos tópicos pueden resultar sumamente amplios, lograr abordarlos de una forma concreta es esencial. Post pandemia, el mundo será un lugar diferente. Las nuevas tendencias y maneras de producir bienes y servicios que ya se han instaurado, significarán enfrentarse a mercados más competitivos. En este sentido, Chile no puede quedarse atrás. Debemos aprovechar las nuevas tendencias y el impulso económico que se espera observar a partir del próximo año.

De esta manera, el retomar nuevamente la senda del crecimiento debiese ser nuestro principal desafío de cara a la nueva década. Para superarlo, es vital abandonar la discusión basada en personalismos políticos en pos de dar espacio a un debate constructivo, que sea sustentado en evidencia objetiva, y que permita encontrarnos en un terreno común. Como resultado, se debe esperar un acuerdo transversal traducido en una hoja de ruta, que permita renovar la economía chilena más allá de la actual administración y con la mirada puesta en el futuro.

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