Radiografía educacional de la clase política chilena
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Rafael Rodríguez
El pasado fin de semana, Seminarium Penrhyn publicó una detallada radiografía de la formación académica de los líderes del mundo político chileno (ver en www.seminarium.cl).
Con este objetivo, se registró al total de los integrantes del Poder Ejecutivo formado para estos efectos por el presidente, los ministros y subsecretarios; adicionalmente se incluyó a los integrantes del Poder Legislativo, integrado por los senadores y diputados y, finalmente, a los alcaldes para lo cual se obtuvo con un procedimiento estadísticamente representativo de ese universo, a 120 alcaldes de los 345 que existen en el país.
De este estudio se pueden obtener varias conclusiones; la primera de ellas es que el nivel educacional de nuestra clase política es bastante homogéneo a nivel de los poderes Ejecutivo y Legislativo, con virtualmente un 100% de sus integrantes profesionales universitarios, con una diferencia de énfasis en los posgrados donde el porcentaje de miembros del Poder Ejecutivo supera al Legislativo, con un 60% contra un 33%. La diferencia con los alcaldes es sin embargo notoria: un 24% de los máximos representantes comunales no tiene profesión universitaria y sólo un 11% tiene posgrados.
A su vez, las carreras elegidas cambian significativamente a través de la clase política; mientras en el Ejecutivo dominan los ingenieros comerciales con un 37% de las preferencias, en el Legislativo campean los abogados con un 36%, los alcaldes tiene una mucho mayor diversidad de profesiones, encabezando la lista los profesores con un 11% del total.
Otro aspecto destacable lo constituye el hecho de que los políticos de los poderes Legislativo y Ejecutivo han egresado en un 60% de colegios particulares pagados, instituciones donde se educan en el presente un 7% de los alumnos en edad escolar en Chile y donde en la época en que estudiaron los políticos mencionados era de alrededor de un 10%. Lo notable en este punto es que 10 años atrás, los políticos egresados de colegios particulares pagados eran un 15% menos que en el presente, una señal adicional de que para alcanzar puestos de liderazgo en diferentes áreas de las actividades laborales, estudiar en un colegio particular pagado aumenta sustancialmente las probabilidades. Es materia de otros análisis discutir si antes de eso hay que tener acceso a un capital social determinado o no, pero es claro que el efecto de concentración de generación de líderes en los colegios particulares es muy dominante.
A nivel de universidades también se repite el mismo fenómeno de concentración: un 76% de los políticos del Poder Ejecutivo estudiaron en la Pontificia Universidad Católica o la Universidad de Chile, cifra que disminuye a 48% si se considera al total de los integrantes del Poder Legislativo.
Chile es un país de contradicciones, como muchos otros, pero está claro que en materia del camino al liderazgo político hay una receta marcadamente predilecta; esto es, colegio particular pagado, más leyes, o Ingeniería Comercial o Civil de preferencia en las Universidades Católica o de Chile. Esto es válido independientemente del color político. Sólo cambian las preferencias por las instituciones, más o menos de la Universidad de Chile, más Verbo Divino y Tabancura o más Alianza Francesa y Barros Arana, pero al final del día, una trayectoria similar.