Peligros en nuestra sociedad
Una de las razones que explica el por qué algunos países en Europa están en los problemas del presente radica en que las sociedades...
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Rafael Rodríguez
Una de las razones que explica el por qué algunos países en Europa están en los problemas del presente radica en que las sociedades en algún momento pierden el equilibrio de los contrapesos políticos virtuosos. Un grupo propone gastar y otro propone cuidar el gasto, un grupo propone crecer y el otro distribuir.
En las últimas décadas en ciertos países de Europa este sano equilibrio se empezó a desestibar, en base a argumentos más emocionales que racionales se empezó a gastar más de lo que se generaba y se llegó en algunos países como Grecia a una especie de competencia entre los políticos para captar el favor de los electores por quien daba más; cuando las finanzas propias no dieron para pagar la cuenta se acudió al endeudamiento “usando” los beneficios de la eurozona; cuando el uso no bastó se pasó al abuso, falseando las cifras y engañando los controles. Como la fiesta seguía, lo socios comunitarios se dieron cuenta de las trampas y tuvieron que dejar de hacerse los lesos, enfrentando a los abusadores quienes ahora amenazan con abandonar el juego dejando parte de la cuenta a cargo de los demás.
Lamentablemente en Chile hay algunos signos, que aún cuando de menor magnitud, no dejan de ser preocupantes. En democracia, durante los 20 años de gobiernos de la Concertación, las propuestas de distintas sensibilidades políticas para aumentar el gasto eran contrarrestados por técnicos y políticos también de distintos signos; había un contrapeso que funcionó manteniendo equilibrios fundamentales y bonanza del cobre mediante, permitió generar una sólida situación de finanzas públicas y privadas.
En el presente, sin embargo, ese equilibrio cambió; la ciudadanía pide por fuera de los canales institucionales -fenómeno destacable en sí- más beneficios, más prestaciones y mejor calidad de los mismos, todo lo cual tiene costos elevados y el gobierno trata de responder dando dentro de lo posible de una lógica de equilibrio presupuestario. Pero la oposición en vez de cuidar este equilibrio, lo desafía diciendo que da muy poco; entonces el juego se parece al del póker, los dos tuyos más dos más, en un esfuerzo desesperado por tratar de mostrar sintonía con los electores.
Una buena parte de la oposición encuentra que todo lo que ofrece el gobierno es poco. Ha sido así con salud, educación, fondos regionales, en fin, con una larga lista. En esto nos estamos pareciendo a ciertos países de la Europa del pasado que es la Europa de los problemas de hoy. El equilibrio “yo ejecutivo propongo, tú oposición recortas” hoy no es tal en Chile.
Margaret Thatcher gobernó en una época en que las malas políticas económicas y el exceso de gasto e impuestos tenían a Inglaterra agobiada; en contra de la mayoría y con índices de popularidad muy bajos hizo reformas duras, costosas pero que sacaron al país de su letargo.
En estos días leer a Margaret That
cher puede resultar inspirador, permite aquilatar el esfuerzo requerido para volver a controlar un balance fiscal deficitario y un desajuste de equilibrio de poderes; puede servir para resistir la tentación de ir en esa dirección. Otra alternativa es sentarse a ver las noticias de Grecia, de Irlanda, de Portugal o de España, para no hacer una lista más larga.