Rafael Rodríguez

Evolución en la compensación de directores en Chile

Por: Rafael Rodríguez | Publicado: Jueves 30 de mayo de 2013 a las 05:00 hrs.
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El último informe que realiza Denarius respecto de la compensación de los directores en Chile muestra que éstas subieron significativamente entre 2010 y 2011, sin embargo, la distribución de las mismas sigue siendo muy dispersa.

En efecto, mientras en 2010 las compensaciones anuales promedio por director de las sociedades anónimas abiertas ascendían a $ 34,6 millones, en 2011 el mismo promedio aumentó en 26,3%, llegando a un total de $ 43,7 millones.

A su vez, las compensaciones de los presidentes de los directorios, que en 2010 era de $ 78,4 millones, aumentaron en 2011 en 24,6% alcanzando como promedio $ 97,6 millones en el año.

Si bien a esta fecha todavía no están disponibles la totalidad de las memorias del ejercicio 2012, un análisis de una muestra de empresas que las han publicado indicaría que este aumento se moderó el año pasado a 22% para el caso de los directores y 20% para los presidentes. En consecuencia, entre 2010 y 2012 las compensaciones de los directores habrían aumentado en más de 50% de confirmarse la variación observada para la muestra de empresas en 2012.

Sin perjuicio de lo anterior, es interesante destacar que además del significativo aumento registrado para 2011, la variabilidad de las remuneraciones disminuyó levemente desde 141% en 2010 a 135% en 2011, ambas cifras medidas de acuerdo al coeficiente de variación, lo cual es sustancialmente mayor que la dispersión observada para las remuneraciones de los ejecutivos, que son del orden de 60% para muestras similares.

Otro fenómeno singular es que la mediana de las compensaciones de directores es significativamente inferior al promedio aritmético, lo cual refuerza la existencia de imperfecciones en este mercado.

Estas variaciones extremas son difíciles de explicar racionalmente; la literatura económica ha aventurado a identificar dos malas prácticas para justificar valores extremos. El primero es hacer “tunneling” de fondos desde los minoritarios hacia los controladores en el extremo superior y de desincentivo a la entrada de buenos directores cuando las compensaciones por el desempeño del cargo se acercan a cero en el otro extremo.

Entre las explicaciones de este aumento de compensaciones sin lugar a dudas que el caso La Polar aparece como un factor clave al despertar una mayor conciencia que además del desafío intelectual, de los honores y el reconocimiento que conlleva el cargo de director, existe un riesgo asociado que puede tener consecuencias graves para los mismos y esto ayuda a entender el alza de las compensaciones. Pero también es cierto que la mayor transparencia exigida a las compañías obliga a dar mayores explicaciones de por qué se hacen las cosas. Muchas veces los esquemas de compensaciones de directores de las empresas se explican por razones históricas no vigentes en el presente y sobre las que hay una inercia difícil de modificar. Las buenas prácticas de gobierno corporativo debieran llevar a varias compañías a revisar sus políticas de compensaciones a sus directores y de esta forma es posible que se produzca una armonización de la gran diferencia tan difícil de justificar que se observa en el presente.

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