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Columnistas

Pros y contras de una semana laboral de cuatro días

FT View© 2022 The Financial Times Ltd.

Por: Equipo DF

Publicado: Miércoles 16 de febrero de 2022 a las 04:00 hrs.

En 1919, después de la I Guerra Mundial, la Organización Internacional del Trabajo usó su primera convención para limitar las horas de trabajo a ocho por día y 48 por semana. Más tarde, la Gran Depresión llevó a los empleadores a respaldar una semana de cinco días.

La última crisis está provocando un impacto similar en la forma en que se diseñan los puestos de trabajo. La pandemia obligó a muchos empleados a implementar el trabajo remoto. Aceleró el uso de la tecnología para ayudar a estabilizar productivos. Además de lidiar con los desafíos del trabajo híbrido, algunas empresas ahora están considerando pagarle al personal el mismo salario por una semana laboral de cuatro días, alguna vez un concepto tan extravagante como una jornada de ocho horas.

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Unilever ha realizado una prueba en su operación de Nueva Zelanda. Panasonic de Japón quiere ofrecer una semana de cuatro días como una opción. Los empleados de WANdisco, del Reino Unido, acaban de disfrutar de su primer fin de semana oficial de tres días, después de que el grupo de software pasó a un horario de lunes a jueves el 7 de febrero. El grupo sin fines de lucro 4 Day Week Global está aumentando programas piloto con investigadores académicos y empresas en EEUU, Reino Unido, Irlanda, Australia y Nueva Zelanda.

Los beneficios prometidos incluyen un mejor bienestar, un mejor enfoque, una distribución más justa del cuidado de los niños entre hombres y mujeres, e incluso una huella de carbono más ligera. Sin embargo, el miedo a perderse la última tendencia no debe cegar a las empresas ante importantes obstáculos e inconvenientes.

Compensar el costo de una semana de cuatro días a nivel nacional parece difícil de lograr. Como señaló el historiador económico Robert Skidelsky en 2019, en un informe para el Partido Laborista del Reino Unido, “limitar las horas de trabajo en todo el país, en la línea de la semana laboral de 35 horas de Francia, no es realista ni deseable, porque cualquier límite debe adaptarse a las necesidades de los diferentes sectores”.

La legislación francesa finalmente estuvo llena de excepciones. Lo más probable es que las excepciones también limitarán una semana de cuatro días generalizada en muchas organizaciones.

The Wellcome Trust, la fundación de investigación científica, decidió en 2019 que incluso un ensayo sería disruptivo, en parte porque su personal desempeñaba una combinación de funciones. Algunos trabajos eran difíciles de limitar a cuatro días. Otros empleados preferían repartir su trabajo en cinco días. Los trabajadores a tiempo parcial que ya tenían una semana de cuatro días temían perderse de las ventajas que disfrutan los empleados de tiempo completo. Los confinamientos expusieron la brecha entre los profesionales flexibles que trabajan desde casa y el personal de primera línea “siempre disponible”. Una semana de cuatro días podría ampliarlo.

Algunos miembros del personal quieren o necesitan trabajar horas extra. A los riesgos de una fuerza de trabajo de dos niveles y la reducción de la libertad de elección, se suma el peligro de la sobrecarga. El enfoque nuevo falla si la mejora de la productividad no cubre el aumento potencial del costo. Si la determinación de los líderes de alcanzar los mismos objetivos obliga al personal a trabajar cuatro días de 10 horas, a trasladar su carga de trabajo a los fines de semana largos, a acelerar los trabajos que requieren más tiempo o a contratar personal adicional para cubrir las brechas, entonces algunos de los beneficios de ofrecerles a los trabajadores más tiempo libre desaparecerán rápidamente.

Para cada una de estas objeciones, los defensores tienen una respuesta. Una es que las empresas sólo necesitan organizar al personal de manera más eficiente, pues una mejor gestión mejoraría la productividad. Otra es reducir las horas de trabajo, en lugar de los días, lo que permite una mayor flexibilidad. Acumulativamente, sin embargo, los obstáculos presentan un poderoso elemento disuasorio.

Las tendencias que impulsan la innovación en el lugar de trabajo no van a desaparecer. La automatización, un mercado laboral ajustado, la búsqueda de mejores trabajos por parte de los trabajadores más jóvenes: todo esto alentará a los empleadores a diferenciarse entre sí. A su debido tiempo, estas mismas tendencias pueden empujar a más organizaciones, y quizás eventualmente a los gobiernos, a dar otro paso en el largo camino de la reducción de las horas de trabajo.

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