Por qué nuestros viajes de trabajo están empezando a parecer vacaciones
Emma Jacobs
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Emma Jacobs
Me duele decir esto, pero tal vez 2022 sea el año del “bleisure” (business and pleasure), el feo término en inglés que describe un cruce entre los viajes de negocios y el ocio.
Me doy cuenta de que esto me hace parecer como si trabajara para la industria del “bleisure”, o “laborocio”. Desde que he estado escribiendo sobre el trabajo, siempre hay alguien del sector de los viajes de negocios que ha intentado convencerme de que el “bleisure” está creciendo. Después de todo, la industria hotelera y el sector aéreo están desesperados por recuperar los ingresos perdidos.
“Sospecho que a la mayoría de la gente no le importa que el ocio invada su trabajo, pero sí odia que la oficina invada su ocio. Aun así, la mezcla de viajes de negocios y ocio está en auge en un mundo ‘siempre conectado’”.
Aunque añadir un fin de semana de turismo a una conferencia en el extranjero no es nada nuevo, esta vez, conforme los viajes de negocios empiezan a aumentar y se acaban las restricciones de Covid, existen razones para creer que estamos entrando en la era del “bleisure”.
Esto se debe a que los trabajadores son más flexibles y tienen ganas de explorar. Airbnb indicó que en 2021 alrededor del 20% de las noches reservadas eran para visitas de un mes o más. En una carta a los accionistas, la compañía citó el ejemplo de Jason, un anfitrión de Airbnb en Chicago que ha visto cambiar sus reservaciones conforme más huéspedes se quedaban más tiempo, visitando a la familia y la ciudad mientras trabajaban a distancia desde oficinas locales de Chicago, o mientras asistían a una conferencia.
Airbnb anunció el mes pasado que sus empleados pueden trabajar en cualquier lugar de su país de origen sin ningún cambio en su salario, y pueden trasladarse a otro país hasta 90 días al año.
Mientras tanto, un informe de Deloitte sobre viajes ha identificado a un número creciente de “trabajadores recién liberados de la oficina” que quieren incorporar algo de trabajo mientras están de vacaciones. Ellos hacen más viajes, “añadiendo días y dólares a esos viajes. Además, tienen un poder adquisitivo superior a la media y una mayor flexibilidad en las fechas de viaje”.
El sector de los viajes de negocios necesita nuevas fuentes de ingresos. Varios grupos hoteleros, entre ellos Hilton, ofrecen paquetes de trabajo desde el hotel (WFH, por sus siglas en inglés) que incluyen el alquiler de habitaciones por un día para trabajadores que desean tranquilidad para concentrarse fuera del hogar y de la oficina. Richard Valtr, el fundador de Mews, una compañía que ayuda a los hoteles a administrar sus habitaciones y servicios, ha observado un marcado aumento de los hoteles que proporcionan servicios adicionales reservables como salas de reuniones, el uso de las habitaciones del hotel durante el día, y áreas compartidas para trabajar.
Esta mezcla de trabajo y ocio también se debe a que los empleadores están haciendo que algunos aspectos del trabajo se parezcan más a unas vacaciones. Conforme los empleados pasan tiempo separados, las compañías están intentando idear creativas formas de reunirlos. En 3Thinkrs, una pequeña agencia de relaciones públicas, se anima a los trabajadores remotos a trabajar desde diferentes ubicaciones. Hace poco, la compañía entera se fue a Ámsterdam durante cuatro días. Hubo reuniones, cenas y bebidas, pero también tuvieron tiempo libre para explorar la ciudad.
Salesforce ha abierto recientemente un complejo turístico, que ha llamado Trailblazer Ranch, en Scotts Valley, California, para que los empleados colaboren, participen en la capacitación, y se sumerjan en la cultura de la compañía. Es fácil burlarse. La compañía tecnológica prácticamente está incitando las burlas con un comunicado en el que dice que el rancho ofrece “experiencias táctiles como caminatas por la naturaleza guiadas, yoga restaurativo, recorridos de los jardines, clases de cocina en grupo y meditación”.
Pero puede que Salesforce tenga la idea correcta. Es desconcertante volver a la oficina e incorporarnos a nuestra vida normal como si no hubiéramos pasado dos años extremadamente raros. Los eventos colectivos celebran el regreso a la oficina. Además, animar a los trabajadores a ampliar sus horizontes tras meses de estar encerrados en casa es bueno para la moral y para la creatividad.
La fusión del trabajo y el ocio está ocurriendo a un ritmo extraordinario. Evan Konwiser, un vicepresidente ejecutivo de American Express Global Business Travel, en un episodio del podcast “Working It” del Financial Times (FT), ha afirmado que algunos empleadores están ayudando a planificar y a pagar las vacaciones del personal.
El riesgo es que fusionemos el trabajo y las vacaciones, y nunca podamos desconectarnos. Ruth Jones, la fundadora de 3Thinkrs, ha dicho que ha tenido que dejar claro que los empleados que van a irse de vacaciones deben hacer un traspaso de una semana, y apagar el correo electrónico y Slack.
Uno de los peligros de toda esta mezcla es que el trabajo infecte no sólo nuestra vida personal, sino también los lugares que visitamos, como los cafés, los clubes y los hoteles. El “work creep”, o la proliferación sigilosa del trabajo, se volvió omnipresente durante la pandemia, pero ahora corremos el riesgo de la proliferación sigilosa de la oficina. En la carrera por crear nuevos lugares para que los trabajadores flexibles enciendan sus computadoras portátiles, el sector de la hotelería está empezando a parecerse a un extravagante y enorme lugar de trabajo. Cuando yo visité una nueva sucursal de Soho House, el club privado, no parecía tan diferente de cualquier espacio de trabajo compartido.
Yo sospecho que a la mayoría de la gente no le importa que el ocio invada su trabajo, pero sí odia que la oficina invada su ocio. Por esta razón, los hoteles y los cafés también deberían establecer límites.
Hace poco visité un hotel que atiende a colegas que requieren espacios compartidos para trabajar, y ofrece sedes para eventos profesionales fuera de la oficina. Me pareció entretenido para un viaje de oficina. Pero para una persona de vacaciones me pareció opresivo, y sentí presión de grupo de personas que ni siquiera eran mis compañeros. Tanto es así, que abrí mi computadora portátil y escribí un poco.
Si éste es el año del “laborocio”, nunca debemos olvidar el ocio.