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Padre Hugo Tagle

Y de calidad, ¿cuándo?

Padre Hugo Tagle

Por: Padre Hugo Tagle

Publicado: Lunes 25 de agosto de 2014 a las 05:00 hrs.

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Y se puso la lápida al lucro con los recursos públicos en la educación pública. Porque ha faltado subrayar que la prohibición de lucrar se refiere al mal uso de dineros fiscales. Lamentablemente se ha demonizado de paso el que todo servicio que se da, merece una compensación justa.

En ese supuesto, la “prohibición del lucro” estaría casi demás. Sí hay que fiscalizar mejor, aumentar y mejorar el uso de los recursos destinados a la educación. A pesar de la prohibición, muchísima gente seguirá “lucrando” con esto de la educación, y me imagino que nadie lo verá mal. Desde aquellos que hacen clases particulares de inglés, matemáticas, costura o bordado, hasta los que han instalado una verdadera industria educacional paralela como son los preuniversitarios que hacen nata en el país, evidenciando una de las falencias del sistema: es necesario apuntalar los últimos años del colegio con nuevos conocimientos o técnicas, ya que los adquiridos ahí no resultan suficientes para abordar la PSU. Pero, así las cosas, parece que continuarán su tarea.

Ojalá la educación pública llegue a ser tan buena, que la privada tenga graves problemas de subsistencia o se vea desafiada a ofrecer algo muchísimo mejor para resultar atractiva.

Con el término del copago quizá se evite que alguno se sienta excluido de entrar a tal o cual colegio, por falta de plata. Pero redundará en un aumento de los colegios privados o, en su defecto, en el pago de toda suerte de clases particulares, para suplir lo que no alcance a dar la educación pública ¿Se va a prohibir? Absurdo.

Hay que poner énfasis en mejorar la educación municipal y no en acabar con un sistema que, bien implementado, debería dar mejores resultados. Ojalá no estemos nivelando para abajo. El anhelo de “emparejar la cancha” debe llevar a subir los niveles educacionales y no a bajarlos. Lamento esa suerte de desconfianza en las iniciativas privadas. Da la idea de que solo el Estado puede hacer las cosas mejor. Ojalá me equivoque.

Donde la reforma sí puede resultar bien es en la mayor inyección de dinero al inicio de la escolaridad y en el aumento de la remuneración a los profesores. Como se ha dicho, se deben focalizar los esfuerzos en los primeros años. Ahí se desarrollan las habilidades y talentos de los niños, las que constituirán sus herramientas de trabajo por el resto de la vida.

Y de la calidad ¿cuándo hablamos? A ver si lo hacemos de una vez. Se habla poco de lo que pasa al interior de la sala de clases y del rol de las familias en el proceso educativo, claves en esa mejor educación que tanto queremos.

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