Le deseo lo mejor a este gobierno. Así como se lo he deseado a todos los que hemos tenido en nuestra historia democrática. Éste y los gobiernos anteriores son resultado de un voto ciudadano, por lo que debemos velar por el buen trato democrático, el diálogo y respeto al otro. Dios quiera que se logre mayor justicia, oportunidades para todos, comenzando por una mejor educación para todos los chilenos. Que los mayores recursos fiscales se utilicen bien, eficiente y responsablemente.
Lamento sí, la posibilidad de despenalización del aborto terapéutico. No aporta nada y condena a muerte a miles de niños que tienen el derecho a nacer. Es más: la despenalización del aborto puede transformarse en una presión indebida para miles de mujeres que, ante un embarazo no deseado o riesgoso, se vean impelidas por familiares o el mismo médico a “interrumpir el embarazo”, siendo que en su fuero interno anhelan continuar con él.
Los tres casos en que se haría una excepción -violación, malformación del feto, peligro para la vida de la madre- no ameritan ser causa de aborto. En la violación: no se castiga un delito con otro delito, un mal con otro mal. Siempre existe la posibilidad de dar en adopción, en el caso de que no se desee esa nueva creatura ¿Qué culpa tiene ese niño del crimen atroz que sufrió su madre? El segundo caso, la malformación del feto, dejemos que la vida siga su curso. No somos quiénes para determinar quién vive o no. Hay algo de fascismo en el apoyo a esa argumentación. Y en el hipotético peligro para la vida de la madre, hoy en día, con los adelantos de la medicina, son excepcionalísimos. Y en el caso de darse, obviamente se favorecerá la vida materna, lo cual no significa “matar al niño”.
“Cada aborto en el país es una señal de que como sociedad hemos llegado tarde porque la prevención no tuvo los resultados deseados”, dijo la presidenta Bachelet. Justo. Eso nos debería llevar a reforzar el apoyo a las embarazadas y no abrir caminos para acabar con la vida que han engendrado. Aclaro que la mejor forma de combatir el aborto no es haciendo gárgaras con un supuesto amor a la vida y no hacer nada a favor de ella. Con pomposas declamaciones a favor de la vida no se salvan vidas.
Seamos honestos: somos mezquinos con la maternidad, sobre todo de madres solteras, abandonadas, pobres. Quienes amamos la vida, debemos ser más generosos, abrir la chequera y ayudar a tanta madre que debe cargar sola un embarazo riesgoso o difícil. Con mayor solidaridad, haremos de una posible despenalización del aborto, letra muerta.