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Padre Hugo Tagle

Examen de grado

Por: Padre Hugo Tagle

Publicado: Lunes 24 de noviembre de 2014 a las 05:00 hrs.

Padre Hugo Tagle

Padre Hugo Tagle

Ayer celebramos la fiesta de Cristo, rey del universo, con lo que se corona el año litúrgico y así comenzar el próximo domingo el Adviento, vísperas de Navidad.

El evangelio narraba el pasaje en que Jesús cuenta cómo será el final de los tiempos y qué se nos preguntará cuando cada uno se encuentre con el Creador. Solo tenemos una certeza: esta vida tiene fecha de caducidad, se acaba, la próxima es en el cielo. Y esa, la preparamos desde ahora. Somos aves de paso, pasajeros en tránsito hacia una estación final sin vuelta atrás. Esta vida es una constante, y breve, preparación para esa definitiva.

¿Qué y cómo nos debemos preparar? Jesús responde: "Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver'. Los justos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?". Y ahí viene la genial respuesta: "Cada vez que lo hicieron con uno de los más pequeños, conmigo lo hicieron".

La caridad cristiana no son simples limosnas, dar de lo que sobra. Se trata de una conducta de vida, de una misión permanente, de descubrir en el que sufre el rostro de Dios. Esta ahí. No siempre lo vemos o, lo peor, lo queremos ver. El cristianismo rompió con la idea extendida de buscar al Creador solo en los templos, en la intimidad de la oración, en las prácticas de piedad personal. A partir de Cristo, encontramos a Dios en el que sufre, en el abandonado, el preso, el enfermo, los marginados, los hambrientos, los ancianos.

En dos palabras, esto de darse, buscar a Dios en el otro, no es algo anexo a la fe cristiana sino medular.

Tanto así, que será sobre eso lo que nos pregunten a la puerta de entrada al cielo ¿A quién ayudaste? ¿A quién tendiste una mano? ¿a quién le hiciste justicia? Las prácticas religiosas deben servir para potenciar y hacer más fecunda mi entrega a los demás junto con mi mayor relación con el Creador. Si solo se quedan en prácticas personales, habrá que preguntarse si no son mera vanidad, un placebo espiritual, evasión de las responsabilidades personales, pero no verdadera fe cristiana. "La caridad es simple: ¡adorar a Dios y servir a los demás!", dice el Papa Francisco. En esto de hacer la voluntad de Dios ya sabemos las preguntas del examen final. Es cosa ahora de acertar en las respuestas.

Y felicitaciones a quienes están detrás de la Teletón. Una noble iniciativa que merece todo nuestro respeto, admiración y apoyo ¡Gracias!

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