El futuro es verde o no hay futuro
PADRE HUGO TAGLE @HugoTagle
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Padre Hugo Tagle
La crisis medioambiental y la urgencia de una “conversión ecológica” pasaron a “código rojo”. El lapidario informe de la ONU sobre el cambio Climático muestra un panorama que pinta para café oscuro. Y bien oscuro. La actividad humana ha causado un alarmante aumento de la temperatura; el período más caluroso en dos mil años. Y aunque mejore el clima y aumenten las lluvias, los efectos parecieran ser irreversibles.
Chile es una triste muestra de las consecuencias catastróficas de esta crisis. Yo crecí en un Santiago de inviernos lluviosos, cordillera nevada hasta sus faldas. Aunque volvamos a tener temporadas así, pasarán decenios antes de que la “madre tierra” recupere su vida anterior. Así y todo, hay esperanza. No queda otra opción que cultivarla.
Tendemos a desconfiar en las iniciativas personales y comunitarias. Se dice que se debe exigir un esfuerzo infinitamente mayor de parte de las grandes potencias por disminuir su impacto negativo en la salud de la tierra. Razonable. Pero su esfuerzo, el mío, el del barrio y comuna combinados, ayudan a que nuestro entorno sea más amigable.
Empecemos por el cultivo de flora nativa, árboles y vegetación que requieran de menor cantidad de agua. Es un alivio notable y de paso un aporte real a la belleza y frescor del ambiente.
Hagamos nuestras las cinco R ecológicas: Reducir, Reparar, Recuperar, Reutilizar y Reciclar. “Vive más simplemente, para que otros simplemente puedan vivir”, dice Teresa de Calcuta. En efecto, un ritmo de vida más sencillo ayuda a que otros puedan vivir mejor. Pienso en el agua, ahorro de energía, menor cantidad de basura. Mi forma de vida impacta en la mejor o peor calidad de vida de otros.
“Menos es más”. Entre menos recursos demandemos al planeta, mejor será nuestro impacto y calidad de vida.
Reparemos o reutilicemos. Lo que es basura para uno, es tesoro para otro. Con ingenio, podemos dar vida a cosas que pensábamos tirar. Otro puede utilizarlas. Existe una cultura admirable de redes de intercambio y venta de cosas usadas. Recurra a ellas antes de tirar lo que considera en desuso.
Y por último, seamos responsables con la comida. El Papa Francisco nos dice: “Los alimentos que se tiran a la basura son alimentos que se roban de la mesa del pobre”. La verdad, nada comestible debe terminar en el tarro de basura. Regale lo que le sobra o no compre en exceso.
Sumémonos a las iniciativas que promuevan comportamientos responsables para reducir nuestra huella ecológica y cuidar el medio ambiente. Recuerde: sólo tenemos este planeta para vivir. No hay de recambio.