Padre Hugo Tagle

Con intuición femenina

P. Hugo Tagle Moreno

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 8 de marzo de 2021 a las 04:00 hrs.
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Una rápida mirada al mapa revela que la mayor participación femenina, una valoración de su papel en la sociedad, solo trae bondades. Al revés: donde los derechos de la mujer son vulnerados, atropellados; donde ella no es considerada o es discriminada, todos perdemos. Aún un gran porcentaje de mujeres en muchas partes del mundo sufren un trato vejatorio, son abusadas o relegadas solo a labores domésticas. El occidente cristiano, hay que decirlo, ha hecho grandes avances o, perdón, ha vuelto al evangelio y a la mirada de Jesús hacia la mujer. Se trata de volver a mirar la realidad con sus ojos.

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En esta causa no se trata de un forcejeo, de unos contra otros. La otra mitad de la humanidad - ¡Qué cosa más obvia!– solo merece un trato justo y aprecio a su contribución. Pero ello exige una voluntad positiva; “intencionar” activamente su participación, valorar su aporte, ya que esto no se dará en forma espontánea. De ahí que resulte correcto la creación de cuotas para candidaturas y la paridad en la convención constitucional. Esperar que la mujer alcance grados de participación “espontáneamente” es ilusorio.

Y vale aquí otra reflexión crítica. El reclamo del machismo –patriarcado, como lo han llamado algunas– tiene su clara fuente en la educación y malos ejemplos que muchos hombres reciben en sus casas. Recordemos que cerca del 40% de los hogares en Chile tienen una mujer como “jefa de hogar”. Pues bien ¿no se tiende a “cargarle la mano” a las mujeres, adolescentes y niñas, en las labores hogareñas, disculpando con facilidad la desidia masculina, con toda suerte de excusas? Resulta más cómodo recurrir al auxilio femenino. Los niños son más torpes, de psicomotricidad fina poco desarrollada. Las adolescentes son más despiertas y ocurrentes. Pero no es óbice para no involucrar al hombre. Habrá que tener más paciencia con los púberes y adolescentes. Pero es un primer paso efectivo para combatir el machismo en su raíz.

La celebración del día de la mujer nos invita a renovar ese propósito y anhelo de una mayor integración, donde todos ganamos. Igualdad hombre y mujer es sinónimo de paz, justicia, progreso, armonía, calidad de vida. Verdadera humanidad.

Nos dice el Papa Francisco: “La mujer es la que da armonía y sentido al mundo. El hombre no trae la armonía, la trae ella. Es ella la que trae la armonía, que nos enseña a valorar, a amar con ternura, y que hace que el mundo sea una cosa hermosa”. Dentro de las “habilidades blandas” tan alabadas en el mundo laboral, una cuota de intuición femenina viene muy bien.

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