Movimiento estudiantil: una oportunidad para formar personas
El movimiento estudiantil ha generado...
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El movimiento estudiantil ha generado un fuerte debate sobre acerca de los principio fundamentales de la educación como el lucro, la estatización, la gratuidad, etc.
Pero más allá de las marchas, las ideologías, las negociaciones y las consecuencias políticas que esto pueda tener, es importante aprovechar esta “crisis” como una oportunidad para generar un debate sobre la calidad de los contenidos que diariamente se enseñan en las salas de clases y que son -al final del día- el último y más importante eslabón del sistema educativo.
Uno de los barómetros que ayudan a medir la calidad de la educación es el mercado laboral. Llama la atención la cantidad de empleadores que se quejan de lo difícil que es encontrar profesionales asertivos, líderes, autónomos, con capacidad de adaptación y con habilidades de trabajo en equipo, por mencionar sólo algunas.
La pregunta que sigue es cómo se adquieren y qué puede hacer el sistema educacional para apoyar el desarrollo de este tipo de habilidades en la fuerza laboral del futuro. En otras palabras: ¿Estamos preparando a nuestros alumnos escolares y universitarios para poder desenvolverse con éxito en el mundo que les va a tocar vivir?
Es por ello que el debate sobre la revisión de actuales contenidos puede ser clave para mejorar la calidad de la educación de manera concreIntegrar valores, ética y habilidades “blandas” en la educación puede ser la diferencia que nos ayude a formar personas integrales que no sólo tengan un gran conocimiento técnico, sino que además sean capaces de aplicarlo exitosamente tanto en el plano individual como colectivo.
En un mundo donde los casos como La Polar, Inverlink y Enron son cada vez más frecuentes, vale la pena preguntarse hasta qué punto se podrían evitar situaciones de este tipo si se incluyeran estos temas como pilares fundamentales del sistema educativo.
La puerta está abierta, ahora nos toca como sociedad presionar para que se revisen, evalúen y mejoren los contenidos. Más allá de temas como el lucro y la municipalización de la educación, hay que preguntarse qué se está enseñando, cómo y cuál es el gran objetivo final de entregar ese conocimiento.
Más que formar profesionales, técnicos o empleados en general, lo que necesitamos es formar personas.