Desaceleración no forzada
- T+
- T-
Luis Larraín
La economía chilena se encuentra estancada. Por cuarto trimestre consecutivo la inversión muestra caídas en 12 meses y las cifras de consumo también cruzaron la línea y son negativas. El Imacec de 0,9% nos anticipa crecimientos para 2014 que el Banco Central ha situado en un rango entre 1,75% y 2,25%. La discusión hoy día en Chile es cuánto de esto es responsabilidad del gobierno de Michelle Bachelet y cuánto de condiciones externas.
El entorno internacional no es este año peor al de 2013. De hecho, el Fondo Monetario Internacional espera para 2014 un crecimiento de la economía mundial de 3,4%, superior al 2,9% de 2013. Estados Unidos, China y Japón, las tres economías más grandes del mundo, muestran cifras claramente mejores a las del año pasado (Estados Unidos), levemente superiores (Japón) o levemente inferiores (China). La zona Euro muestra un crecimiento modesto, algo superior al 1%, pero en todo caso mejor a la caída que experimentó los dos años anteriores. La situación de nuestros socios comerciales no muestra diferencias significativas con las que exhibían el año pasado. El precio del cobre que proyectamos hoy día es mayor al precio que se proyectaba hace un año. En síntesis, el entorno internacional está un poco mejor a lo que sucedió durante el año 2013, por lo tanto no cabe atribuirle a éste el deterioro de los indicadores de la economía chilena.
¿Y qué pasa en Chile entre tanto? Estamos ad portas de aprobar una reforma tributaria que elevará de 20% a 27% la tasa de impuestos a las empresas y a 44,5% a los dividendos, dejando a Chile sobre el promedio de los países de la OCDE (25% y 43% respectivamente) en circunstancias que Chile es el tercero más pobre de este club de 34 países. En materia de impuestos, entonces, transitamos en contra de las recomendaciones sobre política tributaria en el mundo y de la tendencia de la mayoría de los países hoy.
Una reforma tributaria que recaudará 3 puntos del PIB, cerca de US$ 8.200 millones al año, extraerá esos recursos del circuito de consumo y producción de familias y empresas, provocando un indudable efecto en la inversión, como lo indica la literatura económica. Si parte de ese flujo puede volver a la economía en la forma de mayor productividad de los futuros trabajadores chilenos es una enorme incógnita, en sus tiempos y magnitudes, al apreciar la formulación de los proyectos de reforma educacional del gobierno.
Pero hay otras cosas pasando en Chile. Desde ya, en el ámbito que mencionábamos recién, una reforma que pone trabas al desarrollo de la inversión privada en educación, limitando las posibilidades en el uso de la infraestructura escolar, el aporte de los padres al financiamiento de la educación de sus hijos y el crecimiento futuro del sector al hacerlo dependiente del juicio que el Ministerio de Educación tenga sobre la oferta disponible.
Pero eso no es todo. En otro sector de importante inversión privada, una comisión que tenía como mandato estudiar perfeccionamientos a los seguros privados de salud ha hecho trascender que pretende crear un Fondo Mancomunado con parte del 7% de cotización de los afiliados al sistema de seguros privados, que beneficiaría a personas afiliadas al seguro estatal, poniendo en duda la subsistencia de las Isapres. Al mismo tiempo, se ha notificado que no se construirán nuevos hospitales bajo el sistema de concesiones.
En el ámbito de la previsión, clave para el mercado de capitales chileno, se ha enviado un proyecto de ley de AFP estatal luego de 35 años de funcionamiento del sistema sin que ello ocurriera y se plantea además, por algunos sectores, que debemos volver a un sistema de reparto mientras una comisión estudia modificaciones al sistema.
En minería y agricultura, dos sectores que se han visto afectados en su competitividad por los altos precios de la energía, se introduce ahora un nuevo factor de preocupación al plantearse modificaciones y limitaciones a los derechos de agua.
¿Cabe alguna duda, entonces, que son las políticas que intenta poner en práctica el gobierno las que explican la desaceleración de la economía chilena?