Ley corta de isapres contra el reloj

Paula Estévez

A pocos días del vencimiento de la última prórroga entregada por la Corte Suprema (12 de mayo), nos preocupa la incertidumbre que hoy experimentan cerca de tres millones de beneficiarios de las isapres, cerca de la mitad de ellos con preexistencias y más de 250 mil con tratamientos en curso que requerirán continuidad oportuna en su atención.

Es fundamental que se cumpla el Estado de Derecho, pero, al mismo tiempo, resulta clave que el Ejecutivo y el Congreso busquen fórmulas que permitan la aplicación de los fallos de la justicia sin comprometer la continuidad de un servicio esencial como lo es el de salud. Se deben cumplir los fallos, pero al mismo tiempo hay que poner en práctica todas las soluciones técnicas necesarias que permitan garantizar el acceso, la oportunidad, la eficiencia y la eficacia en las coberturas de los asegurados, y la atención de pacientes, tanto del sector privado como del sector público.

“La manera en que se resuelva este desafío enviará señales relevantes a los inversionistas extranjeros del sector salud y de otros que contribuyen al desarrollo de nuestro país. Entre ellos, la inversión estadounidense juega un rol significativo en el ámbito de la salud”.

También preocupa, y requiere urgente atención, la posibilidad de que una mala solución conlleve a incumplimientos de pago a los prestadores privados, cuyas atenciones son en más de 50% a beneficiarios de Fonasa, junto al insoslayable aumento que implicaría en el gasto fiscal el colapso del sistema privado (asegurador y prestador). Por ello, para reducir los riesgos inminentes para el sistema de salud en su conjunto, es necesario implementar una solución que se base en las medidas técnicas que se han propuesto de manera unánime.

Para la discusión de la Comisión Mixta es relevante que existan consensos entre expertos, buscando viabilizar el sistema, modificando la fórmula hasta ahora aprobada para la Ley Corta, para luego avanzar hacia una necesaria reforma integral al sistema de salud.

En AmCham Chile representamos a empresas estadounidenses que invierten en Chile y a compañías chilenas que invierten y exportan a Estados Unidos. La manera en que se resuelva este desafío enviará señales relevantes a los inversionistas extranjeros del sector salud y de otros que contribuyen al desarrollo de nuestro país. La inversión estadounidense juega un rol significativo aportando mejoras en prestaciones sanitarias, innovación tecnológica y tratamientos médicos para millones de personas.

Es fundamental una visión a largo plazo, manteniendo rigor técnico y certeza jurídica. Estas acciones fortalecerán la colaboración público-privada en salud, permitiendo superar los retos actuales.

Debemos enfocar nuestros esfuerzos en el futuro, asegurando que las coberturas y atenciones de salud de los chilenos y chilenas no se vean comprometidas en el corto, mediano ni largo plazo.