La opción de la discordia
El país asiste atónito al desarrollo vertiginoso de las transacciones asociadas a la opción de Codelco y Anglo American. Muchos millones parecen cambiar de manos rápidamente...
El país asiste atónito al desarrollo vertiginoso de las transacciones asociadas a la opción de Codelco y Anglo American. Muchos millones parecen cambiar de manos rápidamente. Surgen varias reflexiones:
Hoy, según la información pública, el Estado chileno se hará dueño de US$ 3.740 millones. Un muy buen negocio. Codelco comprará el 24,5% de Anglo Sur pagando US$ 3.050 millones cuando vale, dado lo pagado por Mitsubishi,
US$ 5.390 millones. Con ello obtiene una utilidad de US$ 2.340 millones. Pero, además, el Fisco percibirá impuestos por US$ 1.400 millones.
Es evidente que Codelco efectuaría un mejor negocio si comprara el 49% completo. Vendería a Mitsui la mitad con una utilidad de
US$ 1.830 millones y se habría quedado con un 24,5%. Además, el Fisco habría percibido US$ 800 millones en impuestos. Un total para el Estado de US$ 4.970 millones, esto es US$ 1.230 millones más.
Codelco actuó transparentemente al adelantar que ejercería su opción, pero Anglo, respaldada por siglos de rápidas y audaces prácticas comerciales inglesas se adelantó, vendiendo la mitad de las acciones que Codelco iba a comprar. No hay duda que la mayoría de los chilenos rechaza lo acontecido, pero sólo la justicia puede dirimir si Anglo violó el contrato con Codelco.
Siendo objetivo, como chileno, hay que enorgullecerse que dos compañías como Anglo y Mitsubishi hayan tenido la audacia de enfrentar a la mayor empresa del Estado al amparo de las leyes chilenas. Tienen que confiar mucho en nuestra adhesión a las leyes, en nuestra seriedad comercial y en la independencia de la Justicia para haber materializado un negocio de tan mala presentación pública. Esto es un test mayúsculo para nuestro nivel de desarrollo.
¿Podría Codelco haber comunicado más tarde, esto es en enero, su decisión? No lo sabemos. A lo mejor no debió adelantarse. El anuncio del precio de venta a Mitsui gatilló el interés concreto de otros en Anglo Sur. Antes nadie sabía a ciencia cierta el valor de la mina.
Sin duda hubiera sido mejor una negociación exitosa previa entre ambas compañías. Probablemente la ausencia de un precio de mercado para la mina, complicó la negociación. Desde la vereda se percibe que cada parte subestimó a la otra. Anglo jamás pensó que Codelco conseguiría financiamiento y Codelco, que Anglo vendería. El resultado no fue el racionalmente conveniente para ninguna de ellas.
Celebremos a los directivos de Codelco por conseguir el enorme financiamiento de la operación, por su decisión de ejercer una opción millonaria y su firmeza en la defensa de sus intereses.
Ahora Codelco se defenderá legalmente y/o negociará con Anglo. Esta disputa es propia de la gran liga de multinacionales a la cual Codelco está entrando con su nuevo gobierno corporativo a la cabeza. Este es un juego sin picarse. Cambios de leyes, cazas de brujas, reacciones viscerales de orden político o venganzas administrativas como algunos políticos han propuestos estos días, están totalmente fuera de lugar.