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Columnistas

La Alianza del Pacífico y el crecimiento económico

Osvaldo Rosales: Ha llegado a ser un tópico común, incluso innecesario de demostrar

Por: Equipo DF

Publicado: Lunes 28 de julio de 2014 a las 05:00 hrs.

Ha llegado a ser un tópico común, incluso innecesario de demostrar, que “los países de la Alianza del Pacífico son los que más han crecido en América Latina”. Esta expresión abunda en los medios académicos y oficiales de Occidente; es usada frecuentemente por autoridades y hasta por ex presidentes.

La Alianza del Pacífico (AP) es una de las iniciativas de cooperación e integración más prometedoras de las que están en curso en la región, tanto por la cobertura y profundidad de sus compromisos como por la decidida voluntad política que muestran sus autoridades para seguir avanzando en sus dos objetivos: constituir un mercado integrado entre sus miembros y construir una proyección conjunta al Asia Pacífico. La AP ha concitado tanta atención que hoy han solicitado ser observadores Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, R. Dominicana, Trinidad y Tobago y Uruguay en la región y fuera de la región lo han hecho países tan variados como Canadá, Estados Unidos, China, Japón, India, Singapur, Corea, Australia, Nueva Zelanda, Israel y Marruecos y desde Europa, Alemania, Bélgica, Reino Unido, Italia, España, Finlandia, Francia, Países Bajos, Portugal y Suiza.

Es pues una iniciativa que está recibiendo gran atención y que ha estimulado una serie de artículos y declaraciones que destacan el dinamismo económico y las ventajas en competitividad e innovación que poseerían las economías de la AP, en clara diferencia con el resto de países de la región. En ese entusiasmo se cometen algunos excesos.

Se destaca, por ejemplo, la profundidad del acuerdo arancelario que desgrava el 92% de las partidas arancelarias pero no se agrega que ya estaba desgravado el 88% de esas partidas, en función de los acuerdos comerciales que ligaban a estos países antes de constituir la AP. Se subraya el amplio espacio económico y comercial que supone la suma del PIB y del comercio de sus cuatro economías pero no se indica que el comercio intra-AP es extraordinariamente reducido: 7,7% en el caso de Colombia, 7,7% en Perú, 5,2% en Chile y 2,5% en México. Más aún, el comercio intra-industrial AP, es decir, el comercio de piezas, partes y componentes que constituye el corazón del comercio internacional y la base de las cadenas de valor, es aún más limitado; muy inferior al 1% del comercio de cada país miembro. Hay pues una larga tarea por abordar para constituir efectivas cadenas de valor que aprovechen el mercado integrado.

El entusiasmo ha sido particularmente exagerado en materia de crecimiento económico. En efecto, en el lapso 2010-2013, sólo un miembro de la AP, Perú, se incluye entre las tres economías de mayor crecimiento. El ranking lo encabeza Panamá (9,1% anual), seguida por Paraguay (7,1%) y luego por Perú (6,8%). En el bienio 2012-2013 ocurre lo mismo: de nuevo el ranking lo encabeza Panamá (9,1%), seguida esta vez por Bolivia (5,78%) y luego por Perú (5,73%).

El resto de los miembros de la AP aparecen más rezagados en el ranking de dinamismo económico. Chile ocupa el 6º lugar (5,3%) en el lapso 2010-2013 y en el bienio 2012-2013 comparte el 5º lugar con Nicaragua, creciendo al 4,9% anual. Para el período 2010-2013, el dinamismo económico de Chile (5,3%) prácticamente no se diferencia del de Bolivia (5,2%) y Ecuador (5%).

Colombia y México están lejos de los primeros lugares. En 2010-2013, Colombia crece al 4,4 % y comparte el 10º lugar con Nicaragua y en el último bienio ocupa el lugar 9º (4%). México, por su parte, está aún más rezagado. En 2010-2013 está fuera de los 10 primeros, ocupando el lugar 12º con una tasa media de crecimiento anual de 3,5% mientras que en el bienio 2012-2013 su lugar es el 17º, creciendo sólo al 2,5% anual. Si los países de la AP aprovechan la acumulación de origen para desarrollar alianzas empresariales y van estableciendo además negocios conjuntos AP-Mercosur, entonces podríamos esperar un momento más auspicioso para la integración regional. 
La Alianza del Pacífico es pues una gran iniciativa y con amplias proyecciones. Para promoverla, lo menos que se necesita es acudir a un manejo poco serio de las cifras económicas.

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