Super Mario al rescate
Ya es consenso que la llegada del italiano Mario Draghi (economista con Phd en el MIT) provocó un cambio copernicano en la política monetaria europea...
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José Manuel Silva
Ya es consenso que la llegada del italiano Mario Draghi (economista con Phd en el MIT) provocó un cambio copernicano en la política monetaria europea y que este cambio ha sido uno de los causantes principales en el despertar de los activos de riesgo desde fines de diciembre de 2011. Al evitar el colapso de parte de la banca europea, “regalándole” liquidez a tres años por más de un trillón de euros, evitó un contagio de la crisis soberana europea al resto del mundo y alejó al viejo continente de una inminente depresión.
El recientemente informe trimestral del BIS (Bank of International Settlements) evidencia la crisis en la cual se estaban sumiendo los bancos europeos hacia fines del año pasado y que amenazaba al mundo entero. El informe muestra cómo el mercado de emisiones de deuda de los bancos ubicados en los países en problemas se había prácticamente congelado al pasar de niveles de 60 mil millones de euros mensuales a sólo 20 mil millones en noviembre de 2011. Peor aún, se muestra cómo hacia fines de junio de 2011 se inició una fuga de depósitos en los bancos españoles e italianos. De crecer en 12 meses unos 100 mil millones de euros, hacia fines de 2011, los bancos de dichos países ya perdían unos 120 mil millones anuales. Uno de los grandes compradores de pasivos bancarios europeos, los fondos de money market en EEUU, prácticamente desaparecieron del mercado en esa misma fecha.
El problema de financiamiento de la banca europea se hacía más agudo si se considera que los bancos de los llamados PIIGS debían refinanciar cerca de 350 mil millones de euros en pasivos en 2012. De no mediar la inyección de liquidez de “Super Mario”, la eurozona corría el riesgo de despertar una mañana con uno de sus grandes bancos con problemas de liquidez; de ahí al temido “momento Lehman” había un solo paso. Los vencimientos totales de la banca europea para el período 2012-2013 ascienden a más de un trillón de euros. La autoridad bancaria europea señaló que los bancos requieren una recapitalización de cerca de 100 mil millones. Estas dos circunstancias unidas habrían provocado el mayor apretón de crédito en años y probablemente una depresión en la Europa periférica.
No obstante lo anterior, el problema de sobreapalancamiento de la banca europea persiste. Muchas de estas instituciones mantienen en sus balances activos sobrevaluados. A su vez, sus activos son mucho mayores en relación a su PGB que el caso norteamericano. Los bancos europeos tienen activos por sobre 50 trillones de euros (4 veces más que EEUU con un PGB similar). Bastaría con que un 1% de esos activos se perdiera para borrar 500 mil millones en capital. En países como España gran parte de la deuda tóxica está en el sector privado. Este (sin contar bancos) tiene una deuda que supera el 200% del PGB. De esta manera, si el sector público español tiene que salir al rescate de su sobreendeudado sector privado, su propio apalancamiento se irá a las nubes (el caso Irlandés).
Cabe señalar que el gobierno español ya ha visto aumentar su nivel de deuda. Según Edward Hugh, economista inglés residente en Barcelona, la deuda pública hispana ya asciende a 70% del PGB, a la que hay que sumar 7 puntos porcentuales de facturas no pagadas por los gobiernos central, regional y municipal, 5 puntos porcentuales de deuda de empresas públicas y otros 5 puntos por deuda pública en manos del fondo de pensiones estatal. Hay que sumar el déficit fiscal esperado para 2012 y 2013 (5,3% y 3% del PGB si se cumplen las exigentes metas), por lo que la deuda pública española se acerca peligrosamente al fatídico límite de 100% del PGB.
Todo lo anterior muestra que la crisis soberana/bancaria de Europa sigue latente, pese a la aparente calma brindada por el bálsamo de liquidez del BCE. En el pasado, los países de la periferia salían de estas crisis devaluando y contando con el crecimiento económico global. La primera variable no existe dentro del euro y la segunda está algo menguada. A ello se suma el viento en contra de una demografía decreciente y de una creciente competencia en industria ligeras desde China. Aún no es el momento de invertir con agresividad en Europa, aunque sus activos parezcan baratos.