A río revuelto ¿ganancia de “pecadores”?
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Jorge Navarrete
No hubo grandes novedades en el resultado de la consulta ciudadana de la ex Concertación, hoy Unidad Constituyente. La paradoja con Yasna Provoste, es que probablemente sea la candidata más competitiva en una eventual segunda vuelta, pudiendo ganarle a la derecha de Sichel con el apoyo de la izquierda, y también venciendo a la izquierda de Boric con el apoyo de la derecha; pero, y he ahí un primer pecado con el que carga, es también, de estos tres aspirantes, la que menos posibilidades tiene de pasar al balotaje.
La candidata DC tendrá que lidiar con la pesada mochila del deterioro político de su coalición, la que extraviada ya hace años, viene dando tumbos sin encontrar el diagnóstico, contenido y tono, para un discurso que pueda reencantar a los ciudadanos. Suponer, como muchos lo hicieron, que el expediente consistía en renegar de todo lo obrado en estos 30 años, fue el pecado original de los líderes de la ex Concertación; sólo equiparable, esta vez al revés, a pensar que el camino era simplemente repetir y prolongar las viejas recetas, como si nada hubiera cambiado en Chile.
Tampoco ayuda la magra participación de la consulta ciudadana, cuyo contraste con el millón y medio de electores que en promedio llevaron la izquierda y la derecha a sus primarias, constituye una evidente desventaja para la partida formal de esta carrera. Y todo esto fue el obvio resultado de otro pecado reciente, el que -patética teleserie mediante- dejó a Unidad Constituyente fuera del proceso legal, sin franja electoral, ni organización del Servel para su proceso eleccionario. Oscar Wilde decía que no hay una segunda oportunidad para dejar una primera impresión; y estas primeras impresiones de la ex Concertación no han sido muy auspiciosas.
Sin embargo, no está todo perdido, ya que misteriosos son los caminos de la redención y también de la política. La izquierda y la derecha enfrentan un peligro fundamental e idéntico, consistente en la posibilidad de que su votación pueda dividirse o fragmentarse para la primera vuelta, al punto de hacer peligrar su paso al balotaje. En efecto, Kast se ha transformado en la bestia negra de Sichel, así como Cuevas o Ancalao para Boric; ya que en ambos sectores hay mucho elector que trasunta más resignación que convicción por su abanderado oficial. En el caso de la derecha, a varios les pesa recurrir a un ex Demócrata Cristiano para intentar ganar la presidencia; mientras que en la izquierda, no son pocos los que ven a Boric como un amarillo y entreguista.
Ambos tienen que evitar que su votación se desfonde por los extremos, fragmentación que favorecería a Provoste. Para ello, Sichel y Boric deberán frenar o postergar la tarea de “moderar” sus respectivos discursos, cuestión que también podría aprovechar la actual Presidenta del Senado. Y todo esto sin mencionar la eventual participación de otros candidatos, pienso en Parisi o Enríquez-Ominami, cuyo daño, en su magnitud y dirección política, es difícil de anticipar.
En definitiva, nadie cree, de verdad, que la segunda vuelta pueda verificarse entre otros candidatos que no sean Sichel, Boric o Provoste. Sin embargo, el desempeño de esos “otros” competidores en la primera vuelta sí podría ser decisivo para saber quiénes integrarán el par que finalmente competirá por la Presidencia de la República.