La informalidad laboral perjudica el desarrollo
Jorge Hermann Director Hermann Consultores
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Jorge Hermann
Sorpresa causó el nuevo indicador sobre informalidad laboral del Instituto Nacional de Estadísticas, el cual mostró que un 30% de los trabajadores son informales en el cuarto trimestre de 2017, es decir, 2.520.549 personas.
Básicamente, los ocupados informales corresponden a los trabajadores dependientes que no tienen seguridad social (salud y AFP) e independientes (emprendedores) sin registro ante el Servicio de Impuestos Internos.
En particular, la informalidad laboral se relaciona con bajos salarios, nulo acceso a la seguridad social, escasa protección jurídica e inexistentes oportunidades de capacitación. Es decir, la precariedad laboral en su máxima expresión.
Además, la situación de informalidad en los emprendedores limita su crecimiento, contribuye a la fragilidad del trabajo, reduce el acceso al crédito, restringe la entrada a mercados relevantes e impide participar en los programas de fomento productivo del Estado. Por lo que la informalidad es una fuente importante de desigualdad social dado que afecta, principalmente, a los trabajadores con menos habilidades laborales.
En nuestro país se observa que la informalidad disminuye a medida que aumenta el nivel educacional, por ejemplo, los trabajadores con educación primaria presentan la cifra más alta de informalidad, con 51,3% del total. A su vez, se observa que la mayor informalidad se encuentra en la Araucanía, con 40,4% de los trabajadores, seguido por Arica (38,4%) y Los Ríos (37,0%).
Por último, la informalidad es más recurrente en los independientes, con 57,1% del total, después en asesoras del hogar (47,9%) y asalariados (17,5%).
A nivel de América Latina, la Organización Internacional del Trabajo indica que la tasa de empleo informal en Perú es un 70,5%, en Colombia 62,6%, en Costa Rica 44,4% y en Uruguay 35,4% en el año 2013, dentro de la poca información disponible, lo cual muestra cuán dispar es la informalidad dentro de nuestro vecindario.
Las estrategias para derrotar la informalidad comprenden: i) realizar programas de capacitación y desarrollo de habilidades para los trabajadores informales; ii) fomentar el acceso al microcrédito y ejecutar programas que ayuden al desarrollo comercial para los emprendedores informales; iii) alivianar la carga administrativa tributaria y disminuir el pago de impuestos para incentivar la formalización de los emprendedores a través de eximir el pago del impuesto a la empresa e IVA en el primer año de funcionamiento, y iv) simplificar y agilizar los trámites para crear una empresa reformulando el sistema Escritorio Empresa del Ministerio de Economía.
En síntesis, los trabajadores informales son altamente vulnerables porque están fuera del alcance de la seguridad social y de la legislación.
Dentro de las estrategias para derrotar la informalidad, el crecimiento económico por sí solo no resolverá este inconveniente, sino que es necesario que el Estado desarrolle medidas específicas para facilitar la transición a la formalidad.