Informalidad y aumento de cotización previsional
Bernardita Silva Gerenta de Estudios CNC, Salvador Valdés P. UAI Negocios
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Bernardita Silva y Salvador Valdés P.
Hay que recuperar las pensiones contributivas dañadas por los retiros, e incluso subirlas. Sin embargo, es distinto hacerlo reduciendo las interrupciones en las cotizaciones y ampliando la base de quienes imponen, que subir la cotización en 6% del sueldo (sumándolo al 22% que ya pagamos) sin mitigaciones.
Chile sufre de alta informalidad laboral. Según datos del INE, el 26% de los ocupados es informal, donde el 85% de ellos se desempeña en micro y pequeñas empresas (incluyendo las unipersonales). Entre los asalariados, que son dependientes, un 11% no cotiza, porcentaje que sube a 39,4% en las microempresas. Hay 1,8 millones de ocupados por cuenta propia, pero 89% no da boleta de honorarios y no cotiza.
“Que la gradualidad del aumento de cotizaciones no dependa sólo del calendario, sino también de dos condiciones: un nivel de desempleo bajo y una cobertura de cotizaciones en alza”.
La informalidad aumenta cuando suben los tributos sobre los empleadores formales; cuando se obliga sólo a ellos a programar todas las horas de trabajo de cada mes en bloques de 8 horas por día; y cuando suben las cotizaciones de seguridad social sólo para ellos. El alza de 6% es un gravamen porque, aunque todo fuera destinado a subir las pensiones del mismo trabajador, millones de ellos preferirían recibir esos recursos en su bolsillo, ya que son imprevisores y tienen poca educación financiera.
Pero hay más: los empleadores formales modernos se caracterizan por tener más trabajadores, por capacitarlos en usar nuevas tecnologías y por cumplir con la seguridad social. En economías emergentes, la evidencia es que el empleador PYME e informal promedio tiene una productividad estancada y que la acumulación de capital humano es más rápida en los empleos formales que en los informales (La Porta y Shleifer 2014, M. Bobba et al 2021). Aunque se nota poco en los primeros años, después de 10 años la diferencia es enorme. Así, quien pasa al empleo ilegal o exento de cotizar pierde capacitación, sueldo y pensión contributiva.
Estos perjuicios hacen urgente que el Congreso incorpore en la ley mitigaciones a las interrupciones en las cotizaciones. Debería sumar tres medidas: (1) crear en el SII y TGR direcciones especializadas en fiscalización activa de cotizaciones de seguridad social, con presupuesto generoso; (2) crear un Consejo de Fiscalización, facultado para copiar métodos usados en la OCDE. Por ejemplo, condicionar la renovación de permisos a cotizar según rentas presuntas fijadas por ese Consejo y cerrar gradualmente las exenciones de cotización que la ley ha concedido a sectores PYME.
La propuesta (3) es que la gradualidad del aumento de cotizaciones no dependa sólo del calendario, sino también del cumplimiento de dos condiciones: un nivel de desempleo bajo y una cobertura de cotizaciones en aumento. Con ese fin, proponemos crear en esta ley “requisitos de avance” que midan la protección del empleo de calidad, encargando al Consejo Consultivo Previsional elaborar indicadores e informarlos anualmente. La clave es que, si el requisito de avance no se hubiera cumplido en cierto año, la ley postergue por un año el siguiente peldaño de aumento en la cotización. Se sumaría la facultad de aplicar un peldaño postergado cuando se acumulen tres años de postergación.
En suma, es posible evitar que un aumento de la cotización eleve las lagunas por medio de estas medidas complementarias y el Congreso puede adaptarlas.