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Columnistas

Impuestos antes, durante y después del Covid-19

Hugo Hurtado Socio Líder Deloitte Tax and Legal

Por: Equipo DF

Publicado: Miércoles 3 de junio de 2020 a las 04:00 hrs.

La reforma tributaria inicialmente propuesta por el Gobierno sufrió importantes modificaciones en su tramitación en el Congreso debido principalmente a los efectos de la crisis social de octubre de 2019. Algunas de las medidas fueron la creación de nuevos impuestos como la sobre tasa en bienes raíces de alto valor, la contribución de un 1% para nuevos proyectos sobre US$ 10 millones para apoyo a las regiones y el IVA a los servicios digitales.

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No obstante lo anterior, se incluyeron algunas medidas menores para incentivar la inversión. Estas medidas van en la línea correcta para los tiempos actuales de Covid-19, pero parecen insuficientes para incentivar la inversión y proteger el empleo en el mediano plazo, después de enfrentar dos crisis.

Ante las nuevas necesidades económicas y sociales que aparecerán en los siguientes meses, naturalmente surgirán llamados a subir los impuestos para aumentar la recaudación y así atender los problemas inmediatos tras la baja de la inversión y el aumento del desempleo. Sin embargo, el foco en la política tributaria debe estar en áreas que no afecten la inversión, como por ejemplo, suspensión de la contribución del 1% para apoyo regional, la postergación temporal del pago del impuesto de segunda categoría que grava a los trabajadores para combatir el desempleo, aplicación de los gastos de investigación y desarrollo a IVA o impuesto de segunda categoría, mayor flexibilidad respecto de donaciones que puedan efectuar grandes empresas a pequeñas empresas, entre otros.

De ser indispensable, el aumento de tributos debe ser hecho en forma muy cuidadosa, respecto de bienes y servicios que pueden generar externalidades negativas o de exenciones que ya no cumplen las finalidades para los cuales fueron creadas. Esos fondos podrían destinarse para atender las necesidades más inmediatas del Covid-19. Por otra parte, no veo mucho espacio para aumento del impuesto a las empresas, ya que Chile es uno de los países que más recauda por esa vía en la OCDE en proporción al total recaudado por impuesto a la renta, ni mayor espacio respecto al aumento del IVA, aunque sea transitorio (que muchas veces se transforma en definitivo), por su marcado carácter regresivo respecto de personas de menores recursos.

Conforme a lo anterior, parece relevante reactivar a la brevedad posible la formación de la comisión de expertos que revisarán nuestra política tributaria al mediano plazo de forma tal de aumentar la recaudación, pero de la mano con el aumento de la inversión, aunque —ahora sí— aprendiendo de las lecciones del estallido social, con un mayor factor redistributivo que aquel que tuvimos los últimos 20 años.

Habría espacio para aumentar la carga tributaria una vez que hayamos pasado esta crisis, quizás a partir de 2021, en forma progresiva aumentando un punto porcentual del PIB por año, pasando de la actual carga tributaria del 20% del PIB hasta llegar a números cercanos al 25%, acercándose más al promedio de la OCDE.

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