Hay que entender el viento antes de salir a navegar
CLAUDIO SAPELLI Faro UDD, IE UC
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CLAUDIO SAPELLI
Hay una gran cita de Hayek que retrata muy bien el grave problema de Chile en la última década. La cita de Hayek (1933) es la siguiente: “Fue solo cuando, debido a que el sistema económico no lograba todo lo que queríamos, le impedimos hacer lo que ya estaba logrando, en un intento de hacerlo obedecernos arbitrariamente, que nos dimos cuenta de que había algo que entender/aprender” (traducción propia).
Hayek dice que hacer cambios ignorando las reglas de funcionamiento de los sistemas que se están interviniendo, es probable que no resulte en mejores resultados, sino que incluso de ello probablemente resultarán peores resultados.
“Cuando se habla de las ‘fuerzas del mercado’ es porque estas existen y hay que entenderlas, tanto si se quiere fluir con ellas como si se quiere intervenirlas. Todo emprendimiento de alguien que las ignore terminará mal”.
En parte, este error se debe a la creencia ingenua de que la realidad no tiene nada que haya que entender, que no hay nada que sea necesario aprender de su funcionamiento para poder intervenir efectivamente.
Quienes así han actuado basan su accionar en la idea ingenua de que la mera voluntad de los hombres buenos es suficiente para lograr cualquier cambio. Piensan que la realidad está ahí para ser moldeada a su antojo.
Como no es así, al final es claro que es por ignorantes que fracasamos.
De dicho fracaso, siguiendo a Hayek, lo que debiéramos sacar como lección es que sí había algo que aprender, que la realidad no puede ser torcida por la mera voluntad, que para intervenir en un sistema económico o social necesitamos una serie de conocimientos.
Por ejemplo, cuando se habla de las “fuerzas del mercado” es porque estas existen y hay que entenderlas, tanto si se quiere fluir con ellas como si se quiere intervenirlas. Todo emprendimiento de alguien que las ignore terminará mal.
Esto se ata a una reflexión que frecuentemente le escuché a mi profesor, Arnold Harberger (que hace unos pocos meses cumplió 100 años). La parafraseo: “Las fuerzas del mercado son justamente eso: fuerzas; son como el viento y las mareas; son cosas que si las ignoramos, corremos graves riesgos (de fracaso), y si las entendemos, si entendemos que están ahí, siempre presentes, siempre operando, y si armamos nuestros planes acordes a ellas, si de esa manera las encausamos a nuestros favor, eso nos beneficiará a nosotros y a la sociedad. Esa es la manera de proceder”.
Si manejamos un barco y no entendemos, o peor, ignoramos los vientos podemos hundirnos. Claramente hay que entender el viento antes de salir a navegar.
Pasa lo mismo con las fuerzas de los sistemas sociales y en particular de la economía. O se entienden y se hacen los cambios respetándolas, o fracasaremos.
Pero si entendemos estas fuerzas, y nuestras intervenciones se realizan tomando en cuenta sus reglas de funcionamiento, entonces sí podemos encausarlas para mejorar nuestras vidas. Pero si no las conocemos, o las ignoramos, fracasaremos.
Lo mínimo que debiéramos aprender de estos 10 años de fracasos es que quienes han hecho las intervenciones durante dicho lapso no entienden los sistemas que tratan de intervenir. Por lo que, o aprenden, o dejan que otros manejen el barco; quienes sí entiendan de cómo operan las fuerzas del mercado.