El boom de las startups chilenas
GINA OCQUETEAU Emprendedora
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Gina Ocqueteau
Algo importante está pasando en los últimos meses en el mercado de las startups chilenas y son buenas noticias que no podemos dejar pasar. Según el informe de Competitividad Mundial, Chile se convirtió en el segundo país en el área de emprendimiento global y tres empresas chilenas -NotCo, Cornershop y Betterfly- atrajeron cifras de financiamiento extranjero y se posicionaron en el puesto más alto de la industria de capital de riesgo.
Además, esta semana Start-Up Chile, la aceleradora de negocios de Corfo, anunció los 90 nuevos emprendimientos que formarán parte de los programas Build, Ignite y Growth, y que recibirán apoyo financiero para las diferentes etapas de escalamiento de los negocios. Si bien el programa incluye empresas extranjeras, el 59% de los seleccionados son chilenos y el 63% identifica a Chile como su centro de operaciones.
La gran interrogante es qué viene ahora. El mercado de las startups mira con alegría y optimismo estas novedades, porque benefician al ecosistema completo y hacen que los grandes fondos privados asocien a nuestro país como sinónimo de innovación y vanguardia.
Pero para que este tema no quede solamente dentro de un círculo y todos los chilenos se sientan partícipes de este éxito, es importante acercarlo a la población en general. Estoy segura de que si preguntáramos a un grupo de personas heterogéneo qué es una startup, la mitad de ellas no sabría qué responder, quizás tendría una idea vaga del concepto o lo asociaría como un fenómeno extranjero, incluso privilegio de unos pocos.
Y la realidad es que muchas de esas personas son hoy usuarias directas o indirectas de esas startups, emprendimientos y PYME que están marcando la pauta. Un punto relevante es entender que estas nuevas empresas no nacieron con los fondos asegurados ni una cartera de clientes estable. Al contrario, muchas de ellas partieron como ideas (innovadoras, sí), pero que no tenían sustento, y hubo mucho trabajo previo para llegar a la etapa en que están hoy. Varias pueden haber estado a punto de quebrar, incluso debieron cambiar el rumbo sobre la marcha porque la propuesta original no tuvo los resultados esperados. Otras se quedaron en el camino.
Ya con esto podemos acercar un poco más el mundo de las startups al público general: no se trata de éxito instantáneo, sino de mucho esfuerzo y horas dedicadas a que una buena idea funcione. ¿Acaso muchos no hemos tenido, en algún momento de nuestras vidas, una idea que sabemos que podría revolucionar las cosas en nuestra vida personal, familiar o laboral?
Por eso son tan valiosas las últimas noticias para el mercado local. Destinar recursos para el mundo del emprendimiento implica dar la oportunidad a la prueba y el error, entregar la tranquilidad necesaria para que cada proyecto tenga el dinero que necesita para germinar. Si las empresas que hoy recibieron fondos logran crecer y expandirse aún más internacionalmente, facilitan las cosas para las que vienen después. Si fondos como Start-Up Chile se consolidan año a año, el acceso a redes corporativas, mentorías e inversionistas nacionales e internacionales garantiza el buen desarrollo de los negocios.
Creamos en nuestra innovación local y seamos todos partícipes de lo que viene. Si nuestro país ya está en el mapa de los emprendedores y fondos de inversión internacionales, el escenario que vendrá a futuro con las nuevas generaciones será más que prometedor.