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Columnistas

¿Estamos preparados para una semana laboral de tres días?

Andreas Wiechert

Por: Equipo DF

Publicado: Miércoles 6 de agosto de 2014 a las 05:00 hrs.

Durante una conferencia de negocios en Paraguay hace dos semanas atrás, el multimillonario mexicano Carlos Slim pidió una semana laboral de tres días a nivel mundial. La ventaja sería el doble de tiempo de ocio y una mejor calidad de vida; el inconveniente sería jornadas más largas y que los trabajadores no jubilarían antes de los 70 años. Lo cierto es que esta idea no es nueva. Ya en el año 1974 el gobierno conservador del primer ministro Edward Heath en Inglaterra decretó una semana laboral de tres días como una forma de ahorro de energía eléctrica en el contexto de una huelga de los trabajadores del carbón.

Cuarenta años después, los cambios en los patrones de trabajo demuestran que Slim podría tener razón en que se requiere de un cambio profundo, como jornadas de trabajo más flexibles y más trabajadores a tiempo parcial. Los sindicatos podrán ser cautelosos al respecto, pero el uso de la tecnología, el aumento de la esperanza de vida, los costos de los desplazamientos y los altos precios de la vivienda están fomentando un enfoque más flexible para trabajar. Jornadas largas durante tres días a la semana no son necesariamente malas, depende de la programación y de la forma de trabajo. En muchas profesiones esto sería perfectamente posible, en cambio en otras con mayor exposición directa al público o con un trabajo físico más intenso, esto sería más difícil de implementar. 
Otra consideración a tener en cuenta es que una semana laboral de 33 horas sería una importante disminución en el número de horas de trabajo, y quedaría por ver si la productividad aumentaría lo suficiente como para compensar. Quizás es demasiado extrema para saltar de la situación actual a una semana de trabajo de tres días, pero vale la pena explorar cómo se podría reorganizar el tiempo de trabajo de las personas.

Por otro lado, las empresas deben ver esto como una manera de aprovechar las reservas de talento de las nuevas generaciones –los millenials, por ejemplo- que no pueden atraer a la vieja usanza con jornadas de cinco días a la semana. La idea de una semana de tres días es en principio interesante, pero debe ser analizada con una mirada más amplia, como la que se recoge en las iniciativas de “smart cities”, basadas en la sostenibilidad, para responder adecuadamente a las nuevas necesidades de empresas y habitantes en el plano económico, social y ambiental, siendo la movilidad urbana, la plasticidad laboral y el uso de las TIC´s parte de una solución integral.

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