¿Es posible el crecimiento sustentable para Chile?
GINA OCQUETEAU Emprendedora
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GINA OCQUETEAU
El domingo recién pasado DFMás publicó una extensa entrevista a Pablo Zamora, bioquímico, doctor en biotecnología, cofundador de NotCo y ahora nuevo presidente de la Fundación Chile, para conocer su rol a cargo de esta entidad y el giro que pretende dar durante su gestión en la búsqueda de soluciones para resolver problemas sociales y avanzar hacia un desarrollo económico sostenible con el apoyo del emprendimiento.
Entre las iniciativas que plantea Zamora está la investigación experimental para desarrollar soluciones y paquetes tecnológicos en industrias como la minería, energía, agroforestal y la alimentación. Creo que este enfoque es fundamental para nuestro país, caracterizado durante décadas por contar con una matriz productiva dedicada únicamente a la extracción de materias primas y commodities. Hoy tenemos una tremenda oportunidad de ir más allá y redirigir los recursos a la innovación, investigación y desarrollo, permitiendo sofisticar nuestros productos y hacerlos más competitivos y sustentables.
“El nuevo presidente de la Fundación Chile plantea impulsar la investigación experimental para desarrollar soluciones y paquetes tecnológicos en industrias como minería, energía, agroforestal y alimentos. Este enfoque es fundamental”.
Otra de las propuestas es la creación de un “company builder” que genere una o dos startups de base científico-tecnológica de impacto al año. Me gustaría detenerme también en este concepto, que ya se está implementando en otras partes del mundo y que, de tener éxito, podría traer enormes beneficios para nuestro país.
Company building apunta a un modelo de innovación donde grandes organizaciones o empresas, consolidadas y con años de trayectoria, crean o incuban internamente a startups o spin-offs para desarrollar nuevas ideas de negocio. Para esto, hacen uso de la experiencia, los recursos, el talento humano y el conocimiento que ya poseen del mercado, y mezclan estos atributos con la mirada innovadora y fresca que poseen los nuevos emprendedores.
Este modelo ya tiene algunos representantes en Chile gracias a iniciativas realizadas por privados en los últimos años y entre sus grandes beneficios está el apoyo constante al emprendimiento y la innovación, fomentar la capacidad innovadora de los equipos de trabajo, acercarse a las nuevas tecnologías y ejecutar ideas que resuelvan problemas que afectan a la sociedad.
Chile cuenta con atributos muy importantes para conseguir estas metas y crear un impacto real en los próximos años. Por un lado, tenemos el talento de nuevos profesionales y emprendedores que comprenden y hacen suyas las complejidades del nuevo mundo. Poseen la mirada sustentable y adaptable a los cambios que exige el entorno y nuevas tendencias como la transformación digital y la inteligencia artificial.
Por otro lado, contamos con los recursos. Nuestra geografía y ubicación nos entregan un gran potencial económico y un ejemplo de ello es el hidrógeno verde, recurso que nos permitiría hacer un cambio en la matriz energética y modificar la forma en que producimos, transformándose en el combustible del futuro y posicionando al país como un hub de sustentabilidad dentro de la región, con la energía como piedra angular.
Por supuesto, necesitamos de la coordinación de los distintos actores involucrados en torno a este objetivo común: Gobierno, sector privado, académicos, ONG y población civil.
Estoy convencida de que, para llevar a Chile a un nuevo nivel, necesitamos fortalecer primero que todo el capital humano y el conocimiento, y en paralelo, entregar las condiciones para que nuevas empresas y startups puedan desarrollar sus propuestas, sin perder de vista nuestros pilares: educación, sustentabilidad, emprendimiento, innovación y colaboración.