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Energía sin liderazgo político

Trinidad Lecaros

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Trinidad Lecaros

Se acabó la incertidumbre en el mercado energético. Tras casi una década de especulaciones, finalmente se rechazó el proyecto HidroAysén, y con ello ha quedado en evidencia que hoy más que nunca se requiere de un liderazgo político en torno a un tema que nos afecta a todos los chilenos, y que obligará a definir una matriz energética diversificada, equilibrada y sustentable, con tiempos y plazos definidos, como foco en las políticas futuras necesarias para el país.

Para tomar dichas acciones debemos entender el contexto actual. Nuestra matriz energética corresponde en un 60% a generación térmica, 32% a hidroelectricidad y el resto a energías renovables, por lo que el sistema eléctrico nacional se compone principalmente de gas, petróleo y carbón, de los cuales provienen una gran cantidad de contaminantes, como el dióxido de carbono (CO2), que se produce de forma natural pero también como subproducto de la quema de combustibles fósiles y procesos industriales, que una vez liberado a la atmósfera daña el ecosistema y provoca, entre otros, el aumento progresivo de la temperatura en el planeta. Si bien el aporte de CO2 nacional representa tan sólo el 0,28% de los Gases de Efecto Invernadero en el mundo, en Chile sus emisiones han crecido con bastante rapidez, posicionándose como el segundo país de la OCDE con mayor incremento durante los últimos 10 años. De tal modo, el seguir construyendo termoeléctricas no puede ser la única solución, aunque el costo monetario de su provisión sea uno de los más bajos disponibles.

Por otra parte, aunque hay acuerdo en que las ERNC minimizan los efectos al medio ambiente, consolidándose como las energías sustentables del futuro, en el presente no estamos capacitados para compensar el déficit únicamente con aquellas energías. Por ello se vuelve importante el desarrollar una matriz de transición, que se defina con una participación integrada de todos los actores relevantes, y que tal como anunció la presidenta Bachelet durante la VI Cena Anual de la Energía el martes de la semana pasada, se comience desde ya con la incorporación de proyectos eléctricos e instalación de líneas de transmisión para enfrentar la creciente demanda energética.

Así las cosas, habrá que tener claro un mensaje: no malgastar el tiempo, pues de hacerlo, estaremos expuestos a daños irreparables a largo plazo que podrán significar la toma de decisiones apresuradas. Entre éstas, incrementar la concentración de energía térmica contaminante o el aumento de nuestro consumo desde fuentes externas, hoy en un 60%.

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