Click acá para ir directamente al contenido
Columnistas

El terremoto de 1985 y el impuesto a los combustibles

Se afirma que el impuesto específico a los combustibles fue creado para financiar la reconstrucción tras el terremoto de marzo de 1985. Argumentando que si el evento para el que se creó fue superado, el impuesto debería bajar al nivel previo al terremoto de 1985.

Por: Equipo DF

Publicado: Jueves 3 de noviembre de 2011 a las 05:00 hrs.

Se afirma que el impuesto específico a los combustibles fue creado para financiar la reconstrucción tras el terremoto de marzo de 1985. Argumentando que si el evento para el que se creó fue superado, el impuesto debería bajar al nivel previo al terremoto de 1985.

Sin embargo, la historia es otra. El impuesto específico se estableció en 1947, por medio del artículo 26 de la ley N° 8.918. Diez años después, en 1957, y por recomendación de la misión Klein-Sacks, la tasa del impuesto específico a la gasolina fue elevada a 29% del precio y la del diésel a 20% del precio. Esto ocurrió ¡30 años antes de la fecha que propone el mito del terremoto! 
Para 1985 la tasa del impuesto a la gasolina era 27% del precio de ésta. En promedio, durante el segundo semestre de ese año el impuesto fue equivalente a 2,26 UTM/mt3. La base del impuesto era el precio de paridad de importación. Como éste responde a las variaciones del precio externo en dólares y del tipo de cambio peso-dólar, el monto en pesos del impuesto también fluctuaba, pero no para atenuar variaciones externas y del tipo de cambio, sino que las acentuaba, perjudicando tanto al consumidor (en las alzas) como al fisco (en las bajas).

El fisco ya estaba financiando la reconstrucción exigida por el terremoto de marzo de 1985 con éste y otros impuestos. Sin embargo, en diciembre de 1985 - nueve meses después- el precio internacional del petróleo cayó 40%, reduciendo la recaudación de este impuesto en un dramático 40%. La reforma, entonces, no se originó en el terremoto, sino en la caída del precio externo y el inadecuado diseño del impuesto.

La reforma de abril de 1986 mejoró la base del impuesto, pasando a la unidad física (un monto fijo por mt3). Esa es la base vigente hasta hoy. Además, aumentó la tasa del impuesto a 4,5471 UTM/mt3 para la gasolina creando un componente variable, que por diseño atenuaba las fluctuaciones de precio. Ese componente variable difería del que hoy aplica el Sipco de varias maneras: primero, su precio meta no era un promedio de precios de los últimos meses, sino un número fijado por ley. Por tanto, ante cambios permanentes en los precios externos, el costo fiscal de su protección era gigantesco.

Segundo, y esto destruye el mito, es que ese componente variable fue creado como transitorio, al establecerse que la protección desapareciera en dos años. Así ocurrió. En el mes de abril de 1988, la tasa del impuesto regresó a 3,0 UTM/mt3 para la gasolina, y se mantuvo allí hasta junio de 1991. En suma, del impuesto vigente hoy, la parte que se originó en el derrumbe de precios externos de diciembre de 1985 es apenas 0,74 UTM/mt3 (3,0 -2,26).

En cuanto al impuesto al diésel, su tasa regresó a 1,5 UTM/mt3 en 1988 y no ha cambiado hasta hoy. En conclusión, no corresponde aducir terremotos lejanos para evaluar hoy la eficiencia y la equidad de estos impuestos. Menos válido es hacerlo en tiempos de eventual crisis externa, y aún menos cuando a la vez se pide aumentar los impuestos que sean más redistributivos.

Te recomendamos