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Columnistas

El rescate a Grecia

Grecia gastó por arriba de sus posibilidades económicas durante la última década, lo que finalmente la condujo a la situación crítica actual. Su pertenencia a la zona euro le permitió importar el riesgo alemán y financiar esta expansión del gasto a tasas de interés cercanas a cero...

Por: Equipo DF

Publicado: Miércoles 16 de noviembre de 2011 a las 05:00 hrs.

Grecia gastó por arriba de sus posibilidades económicas durante la última década, lo que finalmente la condujo a la situación crítica actual. Su pertenencia a la zona euro le permitió importar el riesgo alemán y financiar esta expansión del gasto a tasas de interés cercanas a cero. Con ello el gobierno socialista de Giorgos Papandreu aumentó sin medida el empleo público y reajustó los salarios de la administración pública a razón de 5% anual en euros. El resultado fue tener una economía con un déficit fiscal de casi 10% del PIB, un déficit en la cuenta corriente de 8% del PIB, y una deuda pública que se proyectaba al 162 por ciento del PIB para fines de 2011. ¡En síntesis, una economía quebrada que financiaba su hoyo fiscal con endeudamiento externo y no tenía para cuándo pagar! 


El default inminente de la deuda griega arrastra a la quiebra a varios bancos alemanes y franceses, lo que podría provocar una crisis financiera de proporciones a nivel de toda la UE. Esto llevó a Francia y Alemania a proponer un plan de rescate a Grecia, que implica en lo fundamental una condonación de la mitad de la deuda pública a cambio de medidas de austeridad fiscal que reduzcan significativamente los déficit fiscal y de cuenta corriente, con el propósito de asegurar el pago de la otra mitad de la deuda y permitir que Grecia continuara dentro de la zona euro. Los recientes cambios políticos permiten pensar que este plan de rescate ha sido aceptado. De otro modo, la alternativa es un default desordenado, la salida intempestiva del Grecia de la eurozona, y una crisis financiera de proporciones.

Las consecuencias sobre el resto de Europa son importantes, ya que España e Italia enfrentan situaciones parecidas, que también requieren de un ajuste fiscal importante, y las condiciones de solución a Grecia pueden generar un precedente no menor.

El plan de ajuste sugerido a Grecia contempla un fuerte recorte de gasto público combinado con alzas tributarias. Ello debería disminuir tanto el déficit fiscal como el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos. La consecuencia de este ajuste en lo inmediato debería ser una contracción económica, un fuerte aumento en el desempleo, y una deflación de precios y salarios. Hacia el mediano plazo, sin embargo, la deflación debería mejorar la capacidad competitiva de Grecia, y la recuperación que siga debería permitir una expansión sustentable tanto en la parte fiscal como en la parte externa.

El problema más grave es la crisis política que debiera generarse ante la contracción económica y el aumento en el desempleo. Si los griegos toman con resignación estos costos correctivos, se puede mirar el futuro con optimismo. Si, por el contrario reaccionan con violencia ante los ajustes propuestos, y logran impedirlos, entonces la situación puede salirse de control y hacer la crisis aún más grande.

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