El Estado se cierne sobre el “oro blanco” del litio en A. Latina
MICHAEL STOTT© 2022 The Financial Times Ltd.
El litio es el nuevo “oro blanco” por su papel clave en las baterías de los vehículos eléctricos. Su precio se quintuplicó en el último año. América Latina posee las mayores reservas y produjo el año pasado cerca de un tercio del litio mundial. ¿Representa una nueva bonanza para la región?
No de todos modos. El “triángulo del litio”, donde se encuentran la mayoría de los recursos probados de América Latina, brinda lecciones aleccionadoras. De sus tres naciones, Chile y Argentina están muy por delante, mientras que Bolivia ha tenido dificultades para comenzar.
Los mineros del litio se vieron beneficiados por las políticas favorables a los inversionistas de la administración de Mauricio Macri de 2015 a 2019 y los gobiernos provinciales favorables a la minería también ayudaron, dicen los ejecutivos.
Al otro lado de la frontera, en Bolivia, la historia es radicalmente distinta. El país tiene potencial: posee el mayor salar de litio del mundo y las mayores reservas probadas. Pero los sucesivos gobiernos socialistas le han dado al Estado un papel central en la explotación del litio; las compañías privadas se han ido con las manos vacías; y las comunidades locales han rechazado la autoridad del gobierno central para negociar. A pesar de los años de promesas, la producción a gran escala aún no ha comenzado.
El discurso entusiasta de algunos gobiernos izquierdistas de América Latina acerca de un cartel, una especie de “OPEP del litio”, de productores estatales para controlar los precios, ignora la realidad de que el “oro blanco” es una propuesta muy diferente a la del petróleo o los metales preciosos.
El litio es difícil de explotar. Es altamente reactivo, y no se extrae en forma pura. Es complejo y costoso extraerlo (de la salmuera, como en América Latina, o de la roca, como en Australia) y convertirlo en productos químicos para baterías. Aunque el litio abunda en todo el mundo, pocos yacimientos son comercialmente viables. La mayor parte de la producción procede de Australia, Chile, China y Argentina, y la mayor parte del procesamiento se realiza en China.
Chile ha disfrutado de un régimen estable y es, por mucho, el mayor productor de litio de América Latina. Las dos compañías presentes en el país, la estadounidense Albemarle y la chilena SQM, están aumentando sus inversiones. SQM está gastando US$ 400 millones en Chile entre 2021 y 2022 y promete gastar US$ 700 millones en Australia, donde el régimen fiscal es más amigable, entre 2021 y 2024. El nuevo presidente de izquierda de Chile, Gabriel Boric, quiere crear una compañía estatal de litio, pero SQM y Albemarle creen que esto no las perjudicará.