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Columnistas

El desacople ataca de nuevo

A pesar de la desaceleración de importantes economías emergentes...

Por: Equipo DF

Publicado: Lunes 20 de agosto de 2012 a las 05:00 hrs.

A pesar de la desaceleración de importantes economías emergentes que se ha sumado al débil desempeño de las principales economías desarrolladas, se han registrado excepciones en la primera mitad de este año, el cuarto en que el mundo se encuentra en crisis. Una de ellas es la economía chilena, la que ha acumulado un sólido 5,5% de crecimiento anual en el primer semestre, lo que alimenta la tentación de calificar este comportamiento como un verdadero desacople de nuestro país respecto de la situación internacional.



Si hacemos la analogía opuesta, la fuerte desaceleración que ha mostrado la economía brasilera sería evidencia de un acople más allá de lo esperado con la desaceleración mundial. Sin embargo, si medimos el grado de exposición de ambas economías al mundo, Chile presenta una apertura comercial superior a la de Brasil, a lo que suma una cuenta de capitales abierta a los mercados internacionales, lo que llevaría a concluir que nuestra economía debiera mostrar signos de contagio mayores ante shocks externos negativos. En este sentido, serían factores idiosincráticos los que explicarían el comportamiento disímil de ambos países.

El ciclo económico de Brasil, junto con el mix de política económica explican gran parte de la desaceleración de su economía en el primer semestre, más allá del esperable efecto del menor ritmo de la actividad global. En el caso de Chile aplica algo similar. El dinamismo de la demanda interna, junto con una política monetaria que entró en modo preventivo en el cuarto trimestre del año pasado, luego de un episodio de turbulencias externas relativamente fuerte, explican el buen desempeño de la economía en esta primera mitad del año.

Así, ni Brasil muestra un contagio más allá de lo explicable ni Chile estaría tan desacoplado del ciclo mundial como indicarían los resultados a la fecha. De hecho, las cifras más coyunturales de nuestro sector externo dan señales de una desaceleración de la demanda mundial por nuestros productos, muy en la línea de la desaceleración de importantes socios comerciales, a pesar de la resistencia que registra la demanda por materias primas. Si sumamos la esperada normalización del ritmo de la demanda interna hacia niveles más sostenibles luego de un elevado crecimiento en los últimos años, debiéramos observar registros de expansión del PIB más bajos en los próximos trimestres. De darse algún rezago en el impacto de la debilidad externa sobre nuestra economía, los efectos debieran permanecer en gran parte de 2013.

En un escenario central, la economía chilena sí mostrará efectos del ciclo mundial, dentro del rango que históricamente se ha observado, haciendo improbable que el supuesto desacople persista en el mediano plazo. El grado de integración de nuestra economía apoya esta expectativa. Adicionalmente, con brechas virtualmente cerradas, escasas holguras en el mercado laboral y una economía creciendo a su potencial de largo plazo por varios trimestres, resulta complicado y riesgoso -en términos de inflación y cuentas externas- mantener un ritmo de expansión por sobre un 5% por un periodo prolongado.

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