El abrazo del oso
Alejandro Fernández Director ejecutivo Fundación Pacto Social
- T+
- T-
Alejandro Fernández
Si alguien no tenía claro el compromiso de este Gobierno con la opción Apruebo del plebiscito del 4 de septiembre, la reciente campaña “informativa” que lanzó despeja toda duda. Este hecho no deja de ser preocupante. Más allá de estar jugando al límite en términos legales -el Ejecutivo tiene un deber de prescindencia-, el video demuestra que el Presidente Boric no es plenamente consciente del rol que tendrá que jugar su gobierno a partir del 5 de septiembre en caso que gane el Apruebo: la implementación de la nueva Constitución.
En concreto: si gana esta opción, deberá crear nuevos organismos como la Defensoría del Pueblo, la Defensoría de la Naturaleza y la Agencia Nacional de Protección de Datos, entre muchos otros. Esto requerirá de nuevas leyes y cientos de concursos públicos, licitaciones y contratos.
“Paradojalmente, si se aprueba, la nueva Constitución puede ser el fracaso de este Gobierno. ¿Sabrá realmente lo que está haciendo el Presidente?”
En el ámbito de justicia, deberá implementar nuevos organismos y también un sistema para cada una de las once naciones que reconoce el texto. Lo mismo pasará en materia de descentralización, donde se deberán crear Asambleas regionales, Consejo Regional, Consejo de Alcaldes y la Asamblea Social Comunal. Asimismo, la autonomía política, financiera y administrativa de las regiones y comunas dificultarán la aplicación de cualquier política que emane del Gobierno.
A nivel de plurinacionalidad, se establece la restitución de tierras como principal mecanismo de reparación de los pueblos indígenas. Además del alto costo que implican para el Estado las expropiaciones, probablemente provoquen expectativas en pueblos originarios que actualmente no tenían esta demanda, lo que se puede traducir en mayor conflictividad a lo largo del país. Si a eso sumamos la eliminación del Estado de Emergencia, el Presidente no contará con las Fuerzas Armadas para el control del orden público, como sucede actualmente en la macrozona sur.
En salud deberá poner fin a las Isapres, lo que significa ingresar al sistema público a más de tres millones de personas. En educación, el cambio en el modo de financiamiento es probable que produzca un deterioro y progresivo término de la educación particular subvencionada, donde hoy está más de la mitad de la matrícula.
Finalmente, en el ámbito económico, las nuevas reglas en materia ambiental nos pueden llevar a un verdadero inmovilismo. Además de los derechos de la naturaleza, se incorporan principios ambientales como el “precautorio”, que impide que se lleven a cabo proyectos aun cuando no haya certeza de que provoquen daños. Esto, sumado a un “Estado empresario” y nuevas reglas laborales que desincentivan la contratación de trabajadores, al fomentar la negociación colectiva por rama o territorio y prohibir gran parte de los límites que actualmente se reconocen a la huelga.
Paradojalmente, la nueva Constitución puede ser el fracaso de este Gobierno. Un auténtico abrazo del oso, con el cual además, al jugarse de manera partisana, habrá quemado los puentes con sus adversarios políticos. ¿Sabe realmente lo que está haciendo el Presidente?