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DF Tax | Un alivio impositivo a las familias: deducción de gastos por educación

Por: José María Diez, socio de Lathrop Mujica Herrera & Diez Abogados. | Publicado: Jueves 1 de agosto de 2024 a las 04:00 hrs.
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José María Diez, socio de Lathrop Mujica Herrera & Diez Abogados.

Los chilenos cada vez tenemos menos hijos. La tasa de fecundidad, según cifras del INE, es de 1,3 hijos por mujer chilena, muy inferior a la tasa de reemplazo (2,1) que garantiza una pirámide poblacional estable. Es más, el 2023 recién pasado fue el año con el menor número de nacimientos de la última década en nuestro país.

Aunque un sociólogo podría explicarlo mejor, es indudable que hoy existen condiciones valóricas y culturales muy distintas a las de 20 años atrás, lo que hace que cada vez más jóvenes estén optando por no tener hijos o se limiten a tener solo uno.

Si bien la disminución de la tasa de natalidad es un evento multifactorial, queremos llamar la atención sobre una arista de gran relevancia, que es la económica.

“El pacto fiscal empujado por el ministro de Hacienda carece de un diseño orgánico que beneficie a las familias, ya sea a través de deducciones impositivas por hijo o gastos efectivos, o mediante la declaración conjunta de ambos cónyuges, lo que armoniza la carga tributaria del grupo familiar”.

Común es el dicho “el kilo de guagua sale caro.” Y vaya que sale caro, considerando Isapre (y se nos viene subida de plan), educación (colegio en UF), vestimenta, alimentación y una lista de etcéteras sin fin.

El pacto fiscal empujado por el ministro de Hacienda (que en todas sus versiones tiene muy poco de “pacto” y mucho de “fiscal”) carece de un diseño orgánico que beneficie a las familias, ya sea a través de deducciones impositivas por hijo o gastos efectivos, o mediante la declaración conjunta de ambos cónyuges, lo que armoniza la carga tributaria del grupo familiar.

Si bien en Chile existe un beneficio de deducción por gastos en la educación establecido en el artículo 55 ter de la Ley sobre Impuesto a la Renta, éste es muy limitado, ya que solo pueden acceder al beneficio familias cuyo ingreso anual (incluyendo ambos cónyuges) no supere los $ 30 millones. De más está decir que las familias que se encuentran en ese tramo de ingresos optan generalmente por la educación pública, por lo que no se entiende la mezquindad en establecer límites tan bajos en materias tan sensible e importantes como la educación, restringiendo su uso de tal manera que el beneficio no llega realmente a la población para el que originalmente fue concebido.

Si en etapa escolar quedamos al debe, en materia de educación superior en Chile ni hablar, enfocándose la discusión solamente en la condonación del CAE, uno de los objetivos principales de los barrabravas de este Gobierno.

Sin embargo, en países como Francia y Alemania, existen deducciones y créditos impositivos por hijo en preescolar y en el colegio. Estados Unidos, por su parte, entrega beneficios para acceder a la educación superior, sin limitaciones tan rigurosas e inentendibles como la del artículo 55 ter, recién citado.

Cabe preguntarse qué estamos esperando para entregar este tipo de beneficios a los contribuyentes y que, de paso, incentivan a los padres a buscar colegios que tenga una mejor calidad en la educación, sin mirar la mensualidad con espanto. No se debe olvidar que la familia constituye la base de la sociedad y es indispensable en la creación de valor en Chile, influyendo directamente en un mayor crecimiento social cultural y económico del país.

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