DF Tax | Reforma tributaria: ¿Una oportunidad ganada o perdida?
Patricio Gana, director ejecutivo de AK Contadores.
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Patricio Gana
Cada vez que un nuevo presidente asume el mandato en nuestro país, aparece el debate tributario, tomándose gran parte de la agenda y de las negociaciones.
Por supuesto que la mirada de éste fenómeno tiene muchas aristas, sin embargo muchas veces se mira sólo lo que se quiere ver. Eso es parte de la mezquindad que tiene el mundo de la política (salvo honrosas excepciones), donde la mayoría solo quiere obtener dividendos de corto plazo que aseguren otra elección y por lo tanto otro período de trabajo para muchos miembros de partidos que pululan entre ministerios y subsecretarías.
Con esa carga sobre mis hombros, me atreveré a señalar algunos puntos de vista que se concertan cuando hablamos de impuestos.
“Nadie quiere pagar impuestos, eso en normal, y siempre tendremos ruido cuando se quiera recaudar mas, sin embargo, se requiere de una estructura impositiva que se perciba como justa y que traspase las barreras de los diversos grupos políticos”.
Para quienes nos desempeñamos en el mundo tributario, los impuestos tienen diversas dimensiones. En ocasiones son un problema que nos impide crecer y en otras podemos verlos casi como una ventaja comparativa respecto de otros. Esto último responde a que si logramos administrar mejor los impuestos de las empresas que asesoramos (versus la competencia), logramos un mejor resultado de última línea, que permitirá a esa empresa crecer más rápido que sus competidores.
Para los políticos es una herramienta exquisita de manipulación social. Nada otorga mayores réditos que cambiar algo que venga de la dictadura, de Piñera, de Lagos o de cualquier gobierno desacreditado en redes sociales. No importa si esa normativa específica es buena o mala, lo que importa es usarla para lograr votos en las próximas elecciones.
Para la gente en general, que no tiene idea de impuestos pero que sin embargo opinan como verdaderos expertos, los impuestos son una debilidad, una forma en que pueden ser manipulados en su preferencia de voto. Muchas veces hemos escuchado frases como “Las empresas tienen que pagar más impuestos”. Muchas de las personas que dicen ese tipo de frases no saben realmente las implicancias que pueden tener sus palabras, implicancias por ejemplo en desempleo, menor crecimiento, competitividad, inflación y recaudación, entre otros factores.
Hoy estamos frente a una nueva reforma tributaria. Todo indica que aún no hemos aprendido la lección más importante, que es entender que necesitamos recaudar más (y siempre necesitaremos recaudar más) y mejor. Por supuesto que nadie quiere pagar impuestos, eso en normal, y siempre tendremos ruido cuando se quiera recaudar mas, sin embargo se requiere de una estructura impositiva que se perciba como justa y que traspase las barreras de los diversos grupos políticos.
Se debe recaudar bien, de manera sostenible, sin dañar el crecimiento, para asegurarnos como país de que en cada período venidero podamos recaudar un poco más. En resumen, la tarea es recaudar más y mejor, obtener más recursos y en forma más eficiente, sin dañar nuestra productividad.
Por el momento, nos quedará ver si esta reforma tributaria fue una oportunidad perdida o ganada.