DF Tax | Incertidumbre tributaria ad-portas de las presidenciables
Gonzalo Fuenzalida, diputado de Renovación Nacional.
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Gonzalo Fuenzalida
Considerando que quedan pocas semanas para las elecciones presidenciales, es bueno analizar la incertidumbre que pueden generar algunos programas de los candidatos a la primera magistratura del país. No solo respecto a pensiones, sino también sobre el grado de protección del derecho de propiedad, legislación laboral, sistema tributario, entre otras áreas.
Según los puntos de vista de cada postulante a La Moneda, existen serias diferencias sobre los efectos a la economía de los distintos programas, que podrían frenar la inversión y el proceso de implementación de innovaciones que mejoran la productividad. Al frenar la inversión y las innovaciones productivas, se frena la creación de nuevas fuentes de trabajo y aumenta el desempleo, y esto último afecta negativamente el poder de negociación de los asalariados, lo que frena el crecimiento de sus salarios. También se produce fuga de capitales, lo que, de paso, hace subir el tipo de cambio, variable que es determinante de la inflación, que en la actualidad nos está dando fuertes dolores de cabeza con una tasa de interés disparada y una UF por los cielos.
En los programas más de izquierda tienden a hacerse muchas promesas idealistas que, en principio, no se sabe bien cómo las van a financiar, pero se puede suponer: aumento de las tasas de impuestos; integración tributaria -que es una mala política, porque personas que ganan lo mismo terminan pagando distintos montos de impuestos, según la fuente de sus ingresos-; endeudamiento del gobierno y del país; nacionalización de los fondos de las AFP y de la minería; entre otros.
Hay incertidumbre sobre las tasas de impuesto. Cuando estas son bajas, aumentarlas incrementa el monto de recaudación tributaria, pero cuando los tributos tienen tasas en los niveles que posee Chile, una subida desmesurada de las tasas de impuestos frena la recaudación tributaria, tanto porque se afecta negativamente la inversión y el crecimiento, frenando la recaudación, como porque el control de la evasión es cada vez más difícil de seguir mejorando.
No quiero afirmar que no se pueden tocar los impuestos y la evasión, pero debe hacerse reformando el sistema en forma racional, paulatina y evaluando las consecuencias a largo plazo. Hay cosas obvias, como subir los impuestos a los males, contaminación, entre otros, pero otras formas deben evaluarse con cuidado, considerando la opinión de los expertos.
Comparto al igual que muchos expertos la necesidad de eliminar la exención a los combustibles fósiles como el crédito por impuesto al petróleo diésel. Sabemos las consecuencias al medioambiente de este tipo de energías contaminantes, por lo que es necesario gravar de manera efectiva, eliminando estos beneficios que sólo benefician a una minoría.
Volviendo a la idea principal, cuando las tasas de impuesto son excesivas, las empresas tienden a mover sus inversiones a otros países. Lo mismo ocurre con los ahorrantes. Y si se ponen corralitos como en Argentina, ya conocemos las consecuencias. Esperamos que las personas tomen la mejor decisión para el país en las urnas este 21 de noviembre y que la próxima administración sepa encontrar el equilibrio entre impuestos, metas de recaudación fiscal y promover la inversión privada, que ayude a generar empleos de calidad y mayor desarrollo económico y social.