DF Conexión a China | Desaceleración china e inestabilidad mundial

Robin Harding© 2022 The Financial Times Ltd.

Los cambios en el entorno interno y externo del crecimiento chino afectan a la respuesta a la mayor cuestión económica y geopolítica del siglo XXI: ¿puede continuar la rápida expansión de China hasta que su población sea tan rica como la de los estadounidenses, o al menos tan rica como la de vecinos como los japoneses?

Si es así, entra en juego un simple hecho. Con una población cuatro veces mayor que la de EEUU, la economía china podría crecer hasta ser cuatro veces mayor, en cuyo caso dominaría el mundo, ciertamente en lo económico, y muy probablemente también en lo político y militar.

“Beijing contempla un futuro en el que su economía sigue estando muy por debajo de los niveles de ingreso de Estados Unidos”.

Sin embargo, los obstáculos al desarrollo de China hacen ahora más probable un camino diferente. Se trata de un futuro en el que China sigue creciendo y se convierte en la mayor economía del mundo, pero sigue estando muy por debajo de los niveles de ingresos de EEUU. Eso sería un mundo de dos superpotencias en competencia. El peligro es que una competencia tan reñida podría ser incluso menos estable, desde el punto de vista geopolítico, que un aumento inexorable hacia el dominio chino. Ya que el futuro declive de la población está garantizado debido a décadas de política de hijo único, y con la disminución de los rendimientos de la construcción de cada vez más apartamentos e infraestructuras, el futuro crecimiento de China depende de mayores niveles de productividad. Sin embargo, Roland Rajah y Alyssa Leng, del Instituto Lowy, en Australia sostienen que China ha obtenido resultados inferiores a los de países como Japón y Corea del Sur en etapas similares de su desarrollo; y que el país tiene dificultades con la siguiente ronda de reformas que necesita para seguir impulsando la productividad, como el desarrollo de un sistema financiero moderno que asigne el capital de forma eficiente o la reforma de “hukou”, el sistema de registro de hogares que divide a la población en dos clases, rural y urbana. Y a diferencia de sus vecinos del este de Asia, Beijing debe enfrentarse ahora a la hostilidad directa de EEUU hacia sus intentos de ascender en la cadena de valor.

Incluso si China tuviera cierto éxito con las reformas, Rajah y Leng plantean que el crecimiento general seguirá desacelerándose desde el 6% antes de la pandemia hasta aproximadamente el 3% en 2030 y el 2% en 2040. Eso crea un futuro geopolítico muy diferente. China seguiría superando a EEUU durante la próxima década o dos, pero su economía sólo crecería un 50% en paridad del poder adquisitivo y un 15% en tasas de cambio de mercado.

Las implicaciones de esto no son reconfortantes para la estabilidad mundial. La demografía de China lastrará cada vez más su crecimiento, mientras que EEUU está más abierto a la inmigración. Por lo tanto, el Instituto Lowy prevé que EEUU empiece a superar a China a partir de 2040. Esto implica que China alcanzará un momento de máxima fortaleza económica en relación con EEUU en algún momento de la década de 2030.

Si los responsables políticos chinos llegan a creer que ése es el caso, en lugar de que el tiempo esté de su lado a la hora de restablecer el orden mundial, pueden percibir que tienen una ventana limitada para actuar. Quizá lo único tan aterrador como el crecimiento desbocado de la economía china sea lo contrario.