Desde EEUU hasta Ucrania, la guerra de Gaza cambiará el mundo

GIDEON RACHMAN

En la década de 1990, el espíritu de la época favorecía a los pacifistas, demócratas e internacionalistas. Hoy, son los nacionalistas, los belicistas y los conspiracionistas quienes tienen la ventaja.

Crece el peligro de que Rusia tome la iniciativa en su guerra con Ucrania el próximo año. En el Medio Oriente, el incierto optimismo fomentado por los acuerdos de paz de Abraham entre Israel y varios Estados árabes se ha desbaratado con los atentados de Hamás y la invasión israelí de Gaza. Actualmente parece más plausible una guerra más amplia en el Medio Oriente que un proceso de paz revitalizado. En EEUU, la Presidencia de Joe Biden está en graves problemas. Donald Trump es ahora el favorito en los mercados de apuestas para ganar en 2024.

“El conflicto en el Medio Oriente es una mala noticia para los liberales, pero útil para Putin y Trump”.

Todos estos acontecimientos malignos contribuyen a oscurecer el ambiente político mundial. También se alimentan directamente unos de otros.

La guerra de Gaza ha obligado a EEUU a desviar tiempo y recursos de Ucrania. En algunos casos, existe una competencia directa por las municiones. Ucrania ha sufrido una desesperada escasez de proyectiles y ahora compite con Israel por los escasos suministros. Los sistemas de defensa antiaérea también son necesarios tanto para Ucrania como para Israel.

La ya escasa capacidad de Occidente para conseguir el apoyo mundial a Ucrania se ve aún más perjudicada por el enfado del “Sur Global” ante el apoyo estadounidense a Israel. Los esfuerzos por insistir en el argumento de que Rusia está cometiendo crímenes de guerra en Ucrania enfrentarán ahora nuevas acusaciones de doble rasero.

Estos acontecimientos se produjeron en un momento en que el esfuerzo bélico ucraniano ya flaqueaba. La contraofensiva del gobierno de Kiev ha fracasado en gran medida. Rusia se ha convertido en una economía de guerra y probablemente el año que viene tendrá una ventaja cada vez mayor en armamento y número de tropas. Es probable que las fuerzas rusas vuelvan a bombardear las ciudades e infraestructuras ucranianas en los próximos meses.

Vladímir Putin tiene aún más razones para seguir luchando duro durante el próximo año, ante la creciente perspectiva de que Donald Trump regrese a la Casa Blanca y abandone a Ucrania a su suerte.

Una victoria de Trump se ha vuelto más probable debido al conflicto de Gaza. Biden necesita que los votantes jóvenes, progresistas y árabe-americanos acudan a votar por él. Pero muchos están furiosos por el apoyo de su administración a Israel. Si los progresistas se quedan en casa o votan a candidatos marginales, las elecciones podrían inclinarse hacia Trump. Sería absurdo que el sentimiento pro-palestino pusiera indirectamente a Trump de nuevo en la Casa Blanca, pero la historia está llena de absurdos.

Con EEUU sobrecargado en el extranjero e inestable a nivel doméstico, China podría percibir una oportunidad. En la actualidad existen algunos indicios de acercamiento entre Beijing y Washington. Pero el panorama general sigue siendo que China está decidida a desplazar a EEUU como potencia dominante en el Pacífico, y quizá en el mundo.

El principal foco de las ambiciones de Xi Jinping es Taiwán, que Biden ha prometido en repetidas ocasiones defender. Pero, con EEUU distraído y dividido, Xi podría ver una oportunidad para aumentar la presión sobre la isla durante el próximo año. Eso añadiría una crisis de seguridad en Asia Oriental a las que atenazan a Europa y el Medio Oriente.

Es demasiado fatalista decir que nos encontramos en una época en que las cosas sólo pueden empeorar. Pero es simplemente realista comprender que las tendencias más fuertes en los asuntos mundiales son malignas y están cobrando impulso.