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Demografía y mercado de capitales: un desafío desatendido

CECILIA CIFUENTES Economista y directora del Centro de Estudios Financieros del ESE, UAndes

Por: CECILIA CIFUENTES | Publicado: Martes 18 de junio de 2024 a las 04:00 hrs.
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CECILIA CIFUENTES

Chile tiene un problema demográfico significativo. La tasa de fecundidad, de 1,3 hijos por mujer, está muy por debajo de la necesaria para mantener la población, situada en 2,1. El problema no es solo que la población empiece a disminuir: lo más desafiante es el cambio en su composición. Se ha hablado mucho de las dificultades que esto origina en pensiones, salud e incluso en crecimiento económico, pero no se ha analizado lo suficiente el efecto que genera en el sistema financiero y en las posibilidades de desarrollo, dado el rol esencial del mercado de capitales en el proceso.

En nuestro país, el mercado de capitales se sustenta principalmente en el sistema de capitalización individual, y aunque el objetivo de un sistema previsional no es fortalecer el mercado de capitales, si lo hace, contribuye a mejores pensiones, a través de aportar recursos para invertir, generando empleo, mejores remuneraciones, cotizaciones y, por ende, mejores jubilaciones.

“El principal reto es disminuir la informalidad laboral para lograr que, aunque la población activa no crezca, sí lo hagan los cotizantes. Si no lo hacemos, en 2050 el número de cotizantes será equivalente al de jubilados”.

El stock de ahorro para jubilaciones pasó de 22% del PIB en 1990 a más de un 80% en 2019, siendo esta la causa principal de la mayor profundidad del mercado financiero. Sin embargo, los retiros redujeron el stock a 59% del PIB en 2023 y sin políticas públicas que enfrenten el problema, no parece factible recuperar el nivel previo, debido al fenómeno demográfico.

El ahorro previsional obligatorio permite que ingrese al mercado de capitales un flujo de recursos financieros que en el último par de años ha tendido a estancarse. En 2023, las cotizaciones obligatorias sumaron cerca de US$ 9.000 millones, monto similar al de los dos años anteriores y para el que no se espera un gran crecimiento en los años siguientes. La preocupación surge porque las estimaciones poblacionales muestran que el segmento en edad de cotizar, entre 25 y 64 años, se mantendría relativamente estable, por debajo de 11 millones, durante los próximos 15 años, para luego empezar a caer hasta 10,5 millones hacia 2050, lo que se aceleraría en los años posteriores, con lo que el ahorro obligatorio también empezaría a caer. Adicionalmente, de los 11 millones que están en edad de cotizar, actualmente, solo 5,8 millones lo hacen.

Pero el problema no termina ahí, ya que el flujo de salida del mercado de capitales, por el pago de jubilaciones, ya sea de retiro programado o renta vitalicia, crecerá a una velocidad importante. Actualmente, la población mayor de 65 años suma 2,7 millones; llegará a 4,4 millones en 2040; y a 5,3 millones en 2050. El flujo de salida del sistema por pago de pensiones autofinanciadas (sin considerar la PGU) fue cercano a US$ 5.000 millones en 2023, cifra que será creciente en el tiempo, debido a que se estima que la población mayor de 65 años aumentará a una tasa de 3% en los próximos 15 años. Resulta evidente, entonces, que el envejecimiento poblacional tendrá un impacto negativo en el desarrollo del mercado de capitales.

¿Cómo enfrentar el problema? Las cifras son elocuentes. El desafío principal es disminuir la informalidad laboral, para lograr que, aunque la población activa no crezca, sí lo hagan los cotizantes. Si no lo hacemos, en 2050 el número de cotizantes será equivalente al de jubilados. Es necesario además prolongar la vida laboral, aumentar la tasa de cotización y fomentar el ahorro voluntario. Por último, todo el aumento de cotización debe ir a ahorro; tanto la demografía como el bajo crecimiento tendencial hacen insostenible seguir mejorando las pensiones actuales.

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