¿Con qué frecuencia cambiar de auditora?
Cristián Lefevre Presidente de EY Chile
- T+
- T-
Cristián Lefevre
Hoy en día, las empresas reguladas y/o supervisadas por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) tienen la obligación legal de tener sus estados financieros auditados, lo cual permite que desarrollen sus funciones normalmente de acuerdo a las normas del mercado de capitales y valores, y en cumplimiento con la Ley de Gobiernos Corporativos.
Para todas estas compañías, el cambio o rotación de la empresa a cargo de la auditoría externa es una preocupación habitual de sus directorios, sobre todo cuando se realizan las juntas de accionistas ordinarias anuales. En estas reuniones el directorio deberá fundamentar las opciones de empresas auditoras que propondrá a la junta y sus miembros elegirán finalmente si mantienen o cambian a su auditor.
En este contexto, algunos expertos recomiendan cambiar el equipo de la empresa auditora, otros sugieren mantenerla y algunos proponen que la auditora esté por un corto plazo (menos de cinco años). Por ejemplo, el Parlamento Europeo definió en 2005 normas recomendando la rotación de los socios auditores, pero no la de las firmas. Similares son las directrices de la Ley Sarbanes-Oxley (SOX), que instauró nuevas reglas para Estados Unidos tras el escándalo de la empresa energética Enron, que estableció sólo la obligación de rotación, cada cinco años, de los socios a cargo de este servicio.
Además, el Comité Ejecutivo de la Sección de Práctica de la SEC de EE.UU. emitió una declaración sobre la práctica de rotación obligatoria de las firmas de auditoría de las sociedades cotizantes, en la que enfatiza que las auditorías se ven fortalecidas por la continuidad institucional, siendo un beneficio importante para el auditor conocer bien el negocio, las operaciones y los controles del cliente. Según la SEC, la experiencia muestra que las acusaciones de fallos de auditoría son más frecuentes cuando una firma está en su primer año a cargo de una sociedad.
En este sentido, según la investigación de los académicos Brian Bratten y Monika Causholli (University of Kentucky) y Thomas S. Omer (University of Nebraska), una ventaja de una permanencia más larga de la firma de auditoría es que ésta obtiene un mayor conocimiento y comprensión sobre la sociedad en el largo plazo, así como una mayor conciencia de todos sus riesgos. De hecho, estudios recientes sugieren que una permanencia mayor no perjudica la independencia o el escepticismo profesional, sino que le permite al auditor adquirir conocimientos específicos sobre el cliente que en última instancia tienen como resultado una auditoría de mejor calidad.
Desde el punto de vista de EY, existen más beneficios por una permanencia más larga de un auditor dentro de una compañía que impactos negativos o perjuicios. El mantener a la misma firma reduce costos (tiempo de capacitación, horas hombre, etc.), aumenta la eficiencia y mejora la calidad de la auditoría debido un mayor conocimiento institucional y un dominio en temas como: el negocio global de la sociedad, políticas, prácticas de contabilidad y control interno sobre los informes financieros.