Condonación del CAE: ¿Alguien entiende?
GABRIELA CLIVIO Directora de Empresas, Economista
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GABRIELA CLIVIO
Mientras la deuda pública se acerca al 40% del PIB, el Gobierno anuncia una promesa de campaña que es una medida regresiva: presentar en septiembre un proyecto de condonación del crédito con aval del Estado o CAE. Esto tendría un costo cercano a los US$ 11.270 millones, equivalente a cerca del 4% del PIB. El costo del CAE per se no es el único elemento a tener presente, sino que también se deben considerar cuáles serían los usos alternativos para estos recursos, así como el efecto de estas promesas en las conductas de los individuos.
Dado que la economía se caracteriza por satisfacer fines múltiples y excluyentes con recursos escasos, es importante mencionar que la condonación del CAE equivale a casi 37 veces el presupuesto para el proyecto de sala cuna universal (0,1% del PIB) y 40 veces el presupuesto del plan de reactivación educativa anunciado por la actual administración, que fue de US$ 288 millones en 2023. También es importante tener en cuenta que las promesas de campaña han generado distorsiones en los comportamientos de las personas o agentes económicos.
“Condonar el CAE equivale a casi 37 veces el presupuesto para el proyecto de sala cuna universal y 40 veces el del plan de reactivación educativa. Juzgue usted”.
El hecho de que el programa de gobierno del Presidente Boric mencionara “ la condonación universal de las deudas educativas a través de un esquema de pagos a largo plazo por parte del Estado” derivó en un aumento del número de morosos. Como ya vimos, dados los recursos que implica, la condonación es, por un lado, una política altamente costosa y regresiva. Por otro lado, la condonación de la deuda por criterios tales como la morosidad o garantía ejecutada puede inducir, y en los hechos así ha sido, a incentivos perversos en quienes están pagando el crédito, además de ser muy injusto con quienes ya han pagado sus obligaciones.
A propósito de esto último, el Centro de Estudios Pivotes dio cuenta a comienzos de año de que los deudores del CAE alcanzan las 818.001 personas en etapa de pago. De este total, el 43% se encontraba al día con sus obligaciones mientras que el 57% estaba en estado de morosidad, siendo esta cifra bastante similar a la cifra de mediados del año pasado, cuando los morosos alcanzaron el 58%.
Sin embargo, dicho estudio también mostraba que luego de la elección presidencial de 2021, 73.807 personas dejaron de pagar sus cuotas del crédito y entraron al estado de morosidad, dadas las altas expectativas que generó la posibilidad de no tener que seguir pagando esta deuda, como consecuencia de la promesa hecha por las actuales autoridades. Es resumen, las promesas generaron un incentivo perverso al no-pago de las obligaciones.
Cualquier política no focalizada es regresiva, dado que se transfieren recursos a quienes no los necesitan. No es correcto transferir recursos a quienes sí están en condiciones de pagar sus cuotas. Si los beneficiarios fueran aquellos cuya deuda supera el valor inicial del crédito, el costo fiscal alcanzaría un 1,7% del PIB, mientras que en el escenario de condonación para quienes tienen un saldo remanente pre-2012 el gasto estatal alcanzaría al 1,4% del PIB. Juzgue usted si no hay otras prioridades en la agenda.