Tomás Flores

Con la expansión económica en el pensamiento

TOMÁS FLORES Economista LyD

Por: Tomás Flores | Publicado: Martes 24 de septiembre de 2024 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Tomás Flores

Tomás Flores

El economista Robert Lucas dijo: “Una vez que empiezas a pensar en crecimiento económico, es difícil pensar en otra cosa” y, si bien, la tasa de expansión es un número, es difícil de dejar de pensar en todas las fuerzas que se activaron para llegar a dicha cifra.

Hace unos años, los economistas Hausmann, Rodrik y Velasco propusieron una metodología que les permitía a los países identificar las principales restricciones para crecer, en donde la ineficiencia en la operación de los mercados o derechos de propiedad difusos emergen habitualmente, pero va más allá de eso, y la deficiente operación de, por ejemplo, los servicios de salud, educación y gobernanza también se revelan como escollos, a veces más grandes que un mal sistema tributario.

“La actividad productiva no puede funcionar bien en un ecosistema donde el crimen y la incertidumbre sobre el futuro persisten”.

De esta manera, en algunos países centroamericanos, donde se aplicó esta metodología, el principal obstáculo que apareció fue la alta delincuencia. Esta dificultad superaba lo poco profundo del mercado de capitales o la inestabilidad de la política macroeconómica. Algo tan básico como lo es que la actividad productiva no puede funcionar bien en un ecosistema donde el crimen y la incertidumbre sobre el futuro persisten. Basta destacar este tema que ocupa actualmente la cabecera de las preocupaciones de los chilenos.

En la mirada de largo plazo, la estimación actualizada del último IPoM sobre el crecimiento tendencial de 1,8% para Chile en el período 2025-2034 ha generado una sustancial preocupación, ya que esa modesta proyección tendría una contribución del capital de 1,1 punto porcentual (pp) y de 0,4 pp del trabajo, mientras que la productividad total de factores (PTF) lo haría en 0,35 pp, siendo este último guarismo bastante optimista a la luz de los datos de los últimos años, que revelan que la PTF no solo no ha subido, sino que ha sido negativa la mayor parte del tiempo.

Al considerar ese crecimiento de largo plazo junto con las proyecciones demográficas elaboradas por el INE para dicho período, se obtiene un crecimiento per cápita de solo 1,1%, lo que es claramente modesto, a la luz de los últimos 30 años, donde el incremento promedio fue de 2,6%, destacándose episodios de alto desempeño como lo fueron los gobiernos de los presidentes Aylwin, Frei, Lagos y Piñera, cuando el promedio fue de 4,3%. Estos resultados generaron los efectos dinámicos del crecimiento acelerado en salarios, empleos y un cambio sustancial en el nivel de bienestar que fue percibido concretamente por la población.

Algunos podrán argumentar que es natural que la tasa de crecimiento per cápita vaya moderándose en la medida que vamos acercándonos al estado estacionario, lo cual es correcto tal como lo muestra el modelo de Solow, pero persiste la pregunta de por qué Chile estaría exhibiendo una tasa de expansión per cápita similar a la de Estados Unidos durante la próxima década, teniendo dicho país un ingreso per cápita que es 2,7 veces mayor que el nuestro.

Es evidente, entonces, la motivación del Banco Central para destacar este problema y generar un debate sobre las reformas que son necesarias para alterar estas trayectorias. Reformas procrecimiento sobre las cuales se han escrito muchas propuestas y proyectos de ley, pero que se han implementado muy poco y, por el contrario, son, a veces las iniciativas que refuerzan los mismos obstáculos que detecta el método de Hausmann, Rodrik y Velasco, las que terminan convirtiéndose en ley de la república.

Lo más leído