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Columnistas

Competitividad y propiedad intelectual

Hace unos días, se dio a conocer un nuevo ranking internacional de competitividad, emitido por el Banco Mundial. Si bien Chile subió dos lugares, lo realmente relevante es que en el indicador que muestra la facilidad para hacer negocios, nuestro país subió 35 puestos, en un salto inédito en esta materia. Esto es una demostración patente de que las cosas se están haciendo bien, al menos en este ámbito.

Por: Equipo DF

Publicado: Miércoles 2 de noviembre de 2011 a las 05:00 hrs.

Hace unos días, se dio a conocer un nuevo ranking internacional de competitividad, emitido por el Banco Mundial. Si bien Chile subió dos lugares, lo realmente relevante es que en el indicador que muestra la facilidad para hacer negocios, nuestro país subió 35 puestos, en un salto inédito en esta materia. Esto es una demostración patente de que las cosas se están haciendo bien, al menos en este ámbito.

Por otro lado, y contrastando fuertemente con esta realidad, este año se dio a conocer la noticia de que Chile fue incluido por quinta vez consecutiva en la “lista roja de propiedad intelectual” elaborada por Estados Unidos. Tan sólo en piratería de software se estima que se pierden US$ 1 millón diarios en nuestro país. Y el problema es que si queremos seguir subiendo puestos en materia de competitividad, necesariamente requerimos de un mayor respeto a los derechos de autor. Es el respeto por la propiedad industrial e intelectual lo que en gran medida permite fomentar la creación de capital de riesgo, y desarrollar la innovación. Además es esto lo que fomenta la diferenciación y especialización del mercado chileno, e incentiva la inversión extranjera.

Frente a esto surge la pregunta ineludible: ¿Cómo lograrlo? Los expertos coinciden en que nuestra regulación actual en la materia, especialmente después de las últimas modificaciones, si bien es perfectible, es bastante aceptable. El problema es que, como en muchas otras materias, la solución no pasa sólo por la ley, sino que por un profundo cambio cultural. Basta con caminar por las calles del centro de Santiago, donde la venta de todo tipo de productos “piratas” es una tradición. O más simple aún; ¿cuánta gente se cuestiona que el popular sitio Cuevana pueda estar reproduciendo contenido de manera ilegal? Incluso los que se lo plantean lo estiman irrelevante, y siguen usándolo.

Es por lo anterior que necesitamos un cambio, que requiere de la participación de todos, y que fomente la conciencia del verdadero robo que se comete en muchas ocasiones. Se requiere de una mejor educación acerca del tema, más allá de los discursos. Sólo así podremos seguir mejorando en esta materia, pilar de la innovación, y seremos cada día un país más competitivo.

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