Chile post plebiscito: pronóstico reservado
Gina Ocqueteau Emprendedora
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Gina Ocqueteau
El plebiscito de salida ya es pasado, pero las repercusiones de su resultado aún están por verse. Todavía estamos en la etapa de las emociones, esperanza, alegría y cierta tranquilidad, para algunos; desazón, frustración y desconcierto para otros.
Mientras tanto, las empresas, emprendedores y trabajadores que conforman el entorno económico requieren que dichas emociones decanten, y con mesurada esperanza confían en acuerdos, definiciones y consensos donde impere el sentido común y queden de lado las divisiones, descalificaciones, declaraciones de dueños de verdades absolutas y actitudes soberbias.
“Hay que trabajar por una nueva Constitución para Chile, pero debemos aprender la lección de lo ocurrido el domingo: esto sólo funcionará cuando la gran mayoría de las personas se sientan acogidas”.
Millones de empresarios, dueños de PYME, emprendedores y colaboradores están atentos, saben que la tormenta pasó, pero están conscientes de que lo que se viene en los próximos días y semanas es tan o más trascendental que lo vivido. Porque desde el punto de vista del emprendimiento, lo más importante ahora es trabajar con rapidez y prontitud para entregar certezas a las más de 900 mil empresas que componen el ecosistema emprendedor del país y que, además, son generadoras de empleo para miles de personas.
Tal como el navegante necesita conocer el pronóstico del tiempo para hacerse a la mar y navegar con mínima seguridad, se requieren claridades básicas en distintas materias definidas, en lineamientos fundamentales de lo que se propondría como una Nueva Constitución, y/o en medidas económicas o reformas que no se materializan y provocan incertidumbre.
Entre ellas, el destino y manejo de los ahorros previsionales, accesos a la salud gratuita, modificaciones a los fondos de salud y el rol de los ámbitos públicos y privados en esta materia, alcances de la reforma tributaria, royalties a la minería, certezas acerca de lo que se entiende por propiedad privada, reformas laborales y su efecto en el empleo, otorgamiento y manejo de los derechos de agua, discriminación y privilegios para ciertos segmentos de la población en diferentes materias, acceso y derechos a elegir en materias de educación, acceso a vivienda digna y rol de la construcción privada.
También es importante considerar el impacto que tendrán estas discusiones y definiciones en el empleo, la inversión, la inflación, la actividad económica y el crecimiento, puntos imprescindibles para avanzar hacia un desarrollo justo, equitativo y con oportunidades para todos. El corto plazo se mezcla con el mediano y largo plazo. Los ciudadanos hablaron y lo hicieron de manera contundente. Ahora es el turno de que las autoridades, legisladores y quienes sean convocados a elaborar este importante marco regulatorio estén a la altura, escuchen y actúen en consecuencia.
Lo que nos queda a futuro es una tarea desafiante para cambiar el rumbo del país. Hay que trabajar por una nueva Constitución para Chile, pero debemos aprender la lección de lo ocurrido el domingo: esto sólo funcionará cuando la gran mayoría de las personas se sienta acogida. Necesitamos de acciones con sentido y esto sólo será posible si todos los actores involucrados participamos con apertura y diálogo para crear caminos que ayuden a fortalecer la democracia, proteger a las personas, resguardar los temas ambientales, promover el crecimiento sostenible y privilegiar principios de igualdad, paz, equidad, confianza y colaboración.
Los chilenos están atentos y el pronóstico es reservado, por ahora.