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Chile no sabe dónde va

TOMÁS SÁNCHEZ V. Autor Public Inc.Investigador Asociado, Horizontal

Por: TOMÁS SÁNCHEZ V. | Publicado: Jueves 1 de agosto de 2024 a las 04:00 hrs.
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TOMÁS SÁNCHEZ V.

La reciente decisión de la Sala de la Cámara de Diputados de pedir declarar nulo el acuerdo entre Codelco y SQM para la explotación y comercialización del litio del Salar de Atacama ha puesto en evidencia nuestra incapacidad de llegar a acuerdos esenciales. Esta fractura no solo revela la incapacidad del Poder Legislativo para permitir al Ejecutivo gobernar, sino que también subraya la falta de consenso en un tema esencial para el desarrollo del país. La explotación del litio debería ser una prioridad nacional, pero la falta de una estrategia consensuada pone en riesgo nuestro bienestar.

A lo largo de la historia, los países han tomado decisiones estratégicas para aumentar su competitividad. En los años 80 y 90, Chile optó por bajar sus aranceles y promover la inversión extranjera, lo que impulsó su crecimiento económico. Hoy, Europa está activamente diseñando mecanismos para aumentar su productividad, mientras que Estados Unidos ofrece enormes subsidios a la agricultura e invierte fuertemente en investigación y desarrollo. Estas decisiones no son casuales; son el resultado de decisiones estratégicas que buscan posicionar a estos países en un lugar de ventaja en el escenario global.

“Estamos en momentos difíciles, apremiados por la crisis de seguridad y económica, pero precisamente por eso necesitamos levantar la cabeza y pensar a largo plazo”.

Estado y mercado necesitan trabajar en conjunto, buscando corregir las fallas de este último para lograr que sea más eficiente. Especialmente, en ecosistemas complejos donde la concatenación de valor y los plazos de inversión no siempre calzan. Además, existen aspectos regulatorios que necesitan ser alineados con la autoridad. Un ejemplo claro es la transformación de Chile en una potencia solar, que solo fue posible después de modificar el mecanismo de licitaciones. A pesar de tener la radiación más importante del planeta, el país no pudo aprovechar este recurso debido a una ley que la ponía en desventaja. Este tipo de fallas de coordinación son comunes y deben ser abordadas.

Llevamos más de una década hablando de litio e hidrógeno verde, pero la falta de acuerdos y rigor técnico nos ha impedido avanzar. La estrategia de litio de este Gobierno fueron un par de páginas con declaraciones de alto nivel, que han ido cambiando para ser viable, pero sin el rigor técnico que demuestre que ella es la que le deja más recursos al Estado, más empleos para los chilenos y más conocimiento para el país. Esta misma reflexión necesitamos hacerla en otras industrias como la agricultura, turismo, industria forestal, piscicultura, servicios financieros y minería, más aún frente a los desafíos y oportunidades que trae la IA. La pregunta clave es: ¿cuáles son los objetivos que queremos lograr y cómo necesitamos que la regulación evolucione para propiciar ese resultado?

Estamos en momentos difíciles, apremiados por la crisis de seguridad y económica, pero precisamente por eso necesitamos levantar la cabeza y pensar a largo plazo. Está demostrado que uno de los principales problemas que enfrentan las familias en condición de pobreza es su incapacidad de pensar más allá de un par de semanas. Su apremio económico las obliga a enfocarse solo en el corto plazo, tomando decisiones que van en desmedro del largo plazo. En Chile, estamos en una situación similar; nos comportamos como un país pobre que solo mira la próxima elección, en lugar de trazar una hoja de ruta que aproveche nuestros los recursos y talento. Es hora de cambiar esta mentalidad y trabajar juntos para definir una estrategia de desarrollo que beneficie a todos.

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